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lunes, 9 de mayo de 2011

JOHN COLTRANE: BALLADS


Escribir sobre John William Coltrane “Trane” (algo que todo aficionado al jazz debería intentar alguna vez) es terrible, pues, evidentemente, no dirás nada nuevo. A lo sumo, aportarás algún dato biográfico que le situará en un contexto temporal y musical concreto, y luego darás tu visión de su música, y tampoco serás original, pues todo, bueno y malo, ya se escribió. Pero su música y su legado permanecen espléndidos, seductores, ajenos a modos, modas y tiempos, ofreciéndose ante tí... y debes caer en la tentación.

John nace el 23 de Septiembre del 1926 en Hamlet, Carolina Del Norte. Influenciado por su padre, gran aficionado a la música, empieza a tocar el saxo alto. Forma parte de la orquesta de su regimiento, y luego, de varios grupos de rythm & blues. Entra en la orquesta del Apollo de Harlem, y en el 49 empieza a tocar en la big band de Dizzy Gillespie. Luego, entre otros, toca con Earl Bostic y Johnny Hodges. Y en 1955 con Miles Davis, logrando el reconocimiento de los aficionados y el inicio de su carrera solista en el 57, reforzada por su unión con Thelonius Monk. Se integra totalmente en el hard bop y en 1960 crea su mejor y más consistente grupo, el John Coltrane Quartet. Entre el 21/12/61 (aún con Reggie Workman al contrabajo) y el 13/11/62, grabarán Ballads, uno de sus mejores y más atmosféricos discos, donde lirismo, sofisticación y belleza caminan de la mano.

Say it. Inicio impactante. Exuda tristeza ése saxo, hay mucha en éste Lp, y el tema en sí, es el colmo de la melancolía... es un disco de baladas, y si el saxo comienza a oprimirte el corazón, no quieres oír nada más, que nada ni nadie te moleste. ¡Es tan dulce!. Ni siquiera una pequeña aceleración del tempo del saxo y batería te impide percibir cuánta delicadeza hay en el tema. Y, cerca del final, se remansa y el saxo queda apenas sugerido en el ambiente. Raramente su saxo sonó tan calmado, tan pletórico de belleza y placidez. El apoyo del grupo, quizá su grupo ideal, es indispensable. El piano de Tyner, uno de los mejores pianistas del jazz en todo su esplendor, es tan bello y calmo como ése saxo de oro. Sí, sabe “pulsar las teclas”. Y más placidez y belleza al final del tema es imposible. Bellísimo.

You don’t know what love is. La entrada es puro bálsamo. Cesas tu actividad y te entregas inerme a la belleza de ése saxo imposible. John no dilata locamente las notas, las acaricia apenas lo justo para bordar otro tema insuperable. El saxo es, claro, el instrumento estrella, y tras ésa entrada íntima, John cesa el discurso calmo y relajado y se anima sólo un poco... sigue siendo una balada, pero no tan triste. Elvin, fantástico Y vuelve John. No quiere perder el pulso... y lo logra, y al final vuelve la dulzura del inicio.

Too young to go steady. Uno de mis temas favoritos, un calmante para tu tristeza. ¿Quizá la acentúe?... Y qué. Es inevitable conmoverse al oír éstas notas únicas, nacidas del corazón, a las que se suma la increíble belleza del piano en perfecta conjunción con el saxo. John hace una intro rápida y, en apenas tres notas, dibuja un mundo de gran belleza y sensibilidad. El saxo, muy solista, brinda un caudal impactante de hermosura... hasta que John cede el mando a Tyner, que brinda un solo de extrema delicadeza... aunque John no le permita un gran protagonismo, pues enseguida se hace con el tema con ésa facilidad que le caracteriza. Belleza multiplicada por dos en un tema espectacular.

All or nothing at all es, realmente, una “balada rápida”y su tempo, lógico, algo más rápido. Inicio muy impactante, y enseguida entra al trapo John. Hay que oír su discurso urgentísimo, y la respuesta, genial de Elvin, rápido, despiadado. El nivel técnico es altísimo, y la unión del grupo, irreprochable, Pero no es realmente una balada. Es, sí, un tiempo medio destacable, pero no una gran balada... ¡Si hasta hay un solo de batería al final...! Sí, hermoso en su urgencia, pero...

I wish I knew. ¡Esto sí es una balada, calmada, relajada, fluyente, atesorando notas de imposible belleza!. El tema, de tremenda belleza, es un remanso que enamora, que hace imprescindible un disco. John brinda un solo de gran placidez, sin urgencias. Tyner, destacadísimo, es un auténtico caudal de hermosura, oírlo ya vale un Lp, y nos calma con una intro de gran belleza muy breve, pues entra John, tan o más calmo que él, con notas tan lentas que crees verlas formarse ante ti, y hay que rendirse a éste binomio genial. John, en sus horas más altas, brilla y desgrana toda la belleza del mundo en su saxo. Tyner aporta la mucha sabiduría que acumulan sus dedos e inicia un solo tan cristalino como el suyo. ¡Qué serenidad! Añade un batería asombroso y un bajo impresionante y, claro, ése saxo único, y sale ésta obra maestra. Increíble, sublime. A oír mil veces.

What´s new. De nuevo, Tyner te descoloca y envuelve de belleza y armonía un tema que destaca por su belleza formal. Su solo lo llena todo, tan ineludiblemente bello que casi adormece tu sensibilidad, pero ansías ése saxo único. Y John irrumpe, gentil, muy apoyado en un grupo fabuloso (¡Qué decir de Jimmy y Elvin!). Fluye ante tus oídos fatigados de tanta belleza, e inunda tus sentidos sólo un segundo más rápido que en la balada usual. Comienza a improvisar solos de tremenda calidad, Sigue siendo bello aunque algo más bravo, añades el final único de Tyner y sólo puedes musitar... ¡Qué bello...!.

It’s easy to remember. Otra gran entrada de John que relaja sólo oírla. ¡Qué calma, qué serenidad!. Un piano casi inaudible, y el saxo puro, de placidez sin igual, te sumergen en paisajes oníricos y músicas del alma, en nociones abstractas de belleza. John es la gran estrella, perezoso, tan acariciador que lo asiríamos y no dejaríamos huir. Mas la belleza es esquiva, y el tema se desliza como arena entre tus dedos... y acaba, mas no ésa increíble sensación de ansia de belleza saciada. Sumamente hermoso, mas demasiado breve.

Nancy (With the laughing face). Nueva intro de John muy similar a la anterior. Sin duda, estaba muy relajado al grabarlo. Es fácil conmoverse si éste monstruo sopla la lengüeta del saxo. Él y Tyner crean un estado de extrema relajación, y su unión es única, y el Lp, vital en curas de ansiedad, es como un oasis en medio del desierto más árido, y todos los problemas tienen un pequeño receso... Tema mítico, calmo, muy, muy relajado, como deben ser las baladas y sin duda su rey, Ben Webster, que lo interpretó tantas veces, se regocijó en su día al oírlo, pues contiene el alma de toda balada: Belleza, sensibilidad, fraseo apasionado, fuego, sentimiento, y poesía en las formas. Su belleza es tal que casi impide oír al enorme Tyner, la mitad del tema. El disco, sin él, no sería el mismo. Final fantástico para un Lp con muy pocos peros, quizá la rapidez inadecuada de algún tema... y muy poco más, tal vez nada. Esencial.

* Antonio Borrero Sanchez - jazznoend.com

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JOHN COLTRANE - BALLADS - IMPULSE - AS-31 - 1961

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Temas:

Say it (Over and over again); You don’t know what love is.; Too young to go steady; All or nothing at all. I wish I knew; It’s easy to remember; Nancy (With the laughing face)

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Músicos:

John Coltrane (Saxo soprano, Tenor); McCoy Tyner (Piano); Jimmy Garrison (Contrabajo); Reggie Workman (Contrabajo); Elvin Jones (Batería)

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