Buscar este blog

lunes, 22 de noviembre de 2010

Oscar Peterson - My Favorite Instrument


La discografía del maestro del piano Oscar Peterson está llena de excelentes discos y raro es encontrar alguna grabación mediocre del pianista canadiense. Sus comienzos como líder se remontan a 1950 cuando graba para el sello Verve, la discográfica donde consiguió sus mayores éxitos y donde fue reconocido como uno de sus grandes pianistas, el disco "Tenderly" a trío, su formato preferido durante toda su vida.

Desde entonces su carrera se desarrolló con maestría, seriedad y sobre todo conceptualmente con un hilo conductor basado en un estilo pianístico al que nunca renunció, a pesar de ser atacado duramente en ocasiones por algunos críticos que consideraban que utilizaba demasiadas notas. La relación de Oscar Peterson con el sello Verve duró toda su vida, aunque intercaló grabaciones para otros sellos de igual o similar renombre, caso de Pablo, cuyo productor era el mismo que el de Verve, MPS, o al final de su carrera con Telarc.

La alegría de su estilo, la velocidad de sus manos, la perfección técnica y su capacidad de adaptación a cualquier formato musical, fueron las mejores virtudes de Oscar Peterson, uno de los grandes pianistas del jazz contemporáneo. El disco está grabado para el sello MPS, la segunda gran etapa del pianista tras abandonar momentáneamente la organización Verve. Las grabaciones de Oscar Peterson para MPS, ocupan un lugar especial dentro de la densa discografía del pianista. Las condiciones de grabación eran idílicas dado que estas se produjeron en el estudio privado del productor de MPS, Hans Georg Brunner-Schwer, en plena selva negra alemana y en cuyo entorno adquirieron la serenidad necesaria para ser, sin duda, una de los capítulos mas importantes de la obra de Peterson.

"Exclusively For My Friends" como así se denomina la serie, consta de cuatro volúmenes, todos ellos extraordinarios, pero este subtitulado: "My Favorite Instrument" grabado a piano solo, quizás sea el mejor de todos. Con este espléndido y tardío trabajo a piano solo, Peterson se quitó la espina de competir con el mismo Art Tatum, apabullante e indiscutible maestro de esta formula instrumental. El maestro gozaba de total libertad para elegir temas y acompañantes y en muchas ocasiones la audiencia en los salones privados de la villa de Villingen, eran íntimos amigos del productor.

Sobra decir que estos discos constituyen una atención prioritaria para todo aquel que quiera tomar contacto con lo mas valioso y brillante de la música y la estética del maestro Oscar Peterson.
*Apoloybaco.
-
Grabaciones realizadas en el estudio privado del productor Hans Georg Brunner en Abril de 1968 - Oscar Peterson - My Favorite Instrument - MPS - LP 821 843-1

lunes, 15 de noviembre de 2010

MADRIGAL DE AUSENCIA


Hace unos días fallecía a los 94 años el maestro de maestros, el bandoneonista Marcos Madrigal. Formo parte de las primeras grandes orquestas como la de Osvaldo Pugliese, Horacio Salgán, Julio de Caro, Alfredo Gobbi, el sexteto de Elvino Vardaro, etc...
A los veintiséis años comenzó su tarea como profesor. Tuvo como alumnos a Ernesto Baffa y José Libertella, que eran muy jóvenes, y prosiguió hasta hoy, pasando por sus clases gran cantidad de alumnos entre los que se cuentan: Dino Saluzzi, Esteban Gilardi, Nicolás Paracino, Rufo Herrera, Carlos Niesi, Miguel Ángel Nicosia, Osvaldo Filomeno, Carlos Buono, Marcelo Nisinman, Carlos Viggiano, Víctor Hugo Villena, Matías González, Gabriel Fernández, Gabriel Merlino, Mercedes Krapovickas, Pablo Ciliberto y Julio Coviello, entre otros. Además, dando cortas e intensas clases a gente del interior del país como del extranjero. Escribió un excelente método de estudio para quien se inicia y para perfeccionamiento ya publicado.
-
Quería compartir aquí la hermosa nota que mi amigo el banoneonista Matías González le dedico a su maestro, porque refleja el gran aprecio y respeto que transmitía.
-
MADRIGAL DE AUSENCIA
“Es lo que siempre les digo a mis alumnos: que estudien, aunque quieran tocar el timbre. Yo les doy los consejos que puede dar alguien que vivió muchas cosas. La técnica es importante, pero yo les hablo de la música, de lo que es la vida y de ser ético. Hacerles comprender que además de ser muy buenos músicos tienen que ser muy buenas personas”.
-
Querido maestro; me voy a permitir tutearte por primera vez.
¿Cómo puedo agradecerte todo lo que me enseñaste? La picardía, , el respeto, el buen humor a pesar de las adversidades, la dignidad del trabajo, el naturismo (me refiero a comer sano y echarle limón al mate, no a ir a la playa desnudo), compartir desinteresadamente lo poco que se tiene, la humildad y hace tan solo tres semanas que las medialunas tostadas son más ricas. Me enseñaste, además de esto y otras tantas cosas, a tocar el bandoneón y, predicando con tu ejemplo, a no conformarme nunca y siempre seguir superándome.
Te conocí necesitando a alguien que supiera encausar mis anhelos, el más importante entre ellos era tocar el bandoneón. A fines de la década del ´90 nosotros no éramos la excepción de la situación imperante. Era tan acuciante la realidad que luego de algunas clases, me dijiste que no había más necesidad de pagarte las lecciones. Como yo no podía ni quería aceptarlo (pero tampoco tenía un mango) me las ingenié para compartir la mayor cantidad de tiempo que pude cerca tuyo.
Me acuerdo que bajo la utópica excusa de ordenarte las miles y miles de partituras apiladas en tu cuartito mítico te escuchaba durante horas. A veces tocabas o a veces conversábamos. Hacía mucho frío y cuanto más ordenaba, más polvo y ácaros flotaban en el aire. Como se hacía de noche temprano la merienda era con luz tenue (Claro… la merienda, porque cómo podrías permitir que yo me fuera con el estomago vacío) y el tecito con el saquito del Green Hills humeando. Siempre acompañado de esos bizcochitos maravillosos Hojalmar. Entonces empezabas a contar algunos de esos chistes (algunos levemente cochinos) y que tanto nos hacían reír. A pesar de la malaria, esa para mí, era la síntesis de la felicidad. Cada vez que encontraba algo que me interesara en tu biblioteca dantesca, te lo pasaba, lo tocabas y lo comentábamos. Podían ser desde las transcripciones de Art Tatum, o quizás algo de Albéniz, o de Mozart o algo de Máximo Mori o de Pérez Prechi. ¡Y ahora lo veo tan claro! Fue así cómo me enseñaste la curiosidad y la búsqueda permanente. Sin necesidad de siquiera tocar un solo botón. Eras como una simbiosis entre el Sr. Miyagui y el Maestro Yoda.
Un poco más adelante (ya tenías ochenta y pico de años) la situación te obligó a agarrar el bandoneón e ir a tocar a la estación de tren a ver si sacabas unos mangos. Recuerdo que al acompañarte por primera vez en ese Via Crucis a la estación Mitre tuve otra de tus enseñanzas trascendentales. En lo que para mí era el colmo de la decencia ni bien llegamos te pregunte:
-¿Maestro, cómo puede ser que Ud. a su edad y con su trayectoria tenga que estar tocando acá por unas monedas?
-¿Matías, cuál es el problema? Yo necesito trabajar. Esto lo tomo como un trabajo. Visto así no hay nada más digno que estar acá ¿o no?
Inmediatamente y como para cortar con la solemnidad dijiste:
-“¡Uy! Mirá esa viejita que viene ahí...
La viejita resultó ser una mujer que tendría 40/42 años y muy bien llevados. A la que terminaste piropeando (¡pero qué linda sonrisa!) y dedicándole rigurosamente “Palomita Blanca”.
Buen humor. Siempre. No hay trabajo indigno. Nunca.
¿Por qué será que esperaba que saliera alguna nota conmovedora recordándote?
¿Acaso porque Osvaldo Pugliese y Horacio Salgán empezaron sus carreras con vos al bandoneón?
¿O porque fuiste parte del legendario sexteto de Elvino Vardaro?
¿Quizás porque además trabajaste, y la lista es impresionante, junto a Alfredo Gobbi, Héctor Stamponi, Hector María Artola, Francisco Lomuto, Federico Scorticati, Carlos García, Dino Saluzzi, Osvaldo Fresedo, Roberto Pansera, Julio Ahumada, Carlos Marcucci, Antonio Agri, Leopoldo Federico, Jaime Gosis?
¿Podría haber sido porque formaste a varias generaciones de bandoneonistas (La lista es inmensa, sólo algunos de ellos fuimos: Juan José Libretella, Ernesto Baffa, Mario Montagna, Miguel Ángel Nicosia, Gabriel Merlino, Ernesto Molina, Ramiro Boero, Víctor Hugo Villena, Luciano Sciarreta, Horacio Romo, Marcelo Nisinman, yo?
¿Será por tu moderno método de bandoneón, recomendado ni más ni menos que por Roberto Di Filippo y Leopoldo Federico. Método que fuera relanzado por Ricordi hace poco? (y un paréntesis importante al respecto es que te escuché putear seguido por las condiciones de esa reedición)
Se ve que no te alcanzaron los méritos para tener aunque sea una notita en algún lado. No es algo que te interesara o preocupara demasiado, porque la vanidad no fue lo tuyo, pero duele ver que una parte importante de la historia del tango se nos va y que eso no repercute dónde y cómo corresponde. Muchas veces lo infame tiene un mejor agente de prensa.
“¡Que se jodan!” hubieras dicho y una vez más me hacés reír a carcajadas.
Puta madre, ¿será posible? Si cuando te vi hace tres semanas estabas bien. ¿Qué me importa que tuvieras 94 años? Si a pesar de que interrumpí tu siesta y un sueño bastante interesante, me recibiste sonriente y con abrazo largo. Pusiste la pava, nos tomamos dos o tres rondas de mates, tostaste las facturas al horno (que casi explota) y nos las comimos casi todas. Diez por lo menos. Me preguntaste que cómo estaba todo por Fggrrrancia y que cómo hago para bancarme a los Fggrrranceses. Hablamos de música. De cómo seguías estudiando a pesar de los dolores. Contamos cuántos alumnos tenías actualmente. Coincidimos acerca de cómo veíamos el país y nos acordamos de cómo cambió de cuando nos conocimos. Me preguntaste si todavía me colaba en el tren. Y te dije que sí. Solo es una estación. Después me acompañaste hasta la puerta.
"Nos vemos pronto y cuídese"

lunes, 8 de noviembre de 2010

LESTER YOUNG - "The Complete Aladdin Recordings"


Cuando Lester Young grabó por primera vez con un pequeño grupo de jazz liderado por el pianista Count Basie en 1936, ya era un músico formado y maduro, dueño y poseedor del originalísimo estilo que lo haría famoso e inmortal, primero como estrella solista en la orquesta del ya citado Basie, y luego, y fundamentalmente, como solista independiente con su saxo tenor.

Como suele pasar en todos los ordenes de la vida, sus comienzos chocaron con la vieja guardia ortodoxa del jazz que consideraban casi un sacrilegio, que se tocara el saxo tenor de manera distinta a como había enseñado el gran Coleman Hawkins una década atrás. No respetar lo canónico le acarreó problemas con algunos de sus compañeros de profesión que casi le despreciaban. Propietario de una estética y de un sonido sutil, sinuoso, sensual y a a veces también hiriente y fogoso, Lester Young enseñó al mundo otra manera de tocar el saxo tenor en el jazz, y paradójicamente sus primeras influencias procedían de un músico blanco, Frank Trumbauer, que para colmo ni siquiera tocaba su mismo instrumento. Lester tocaba el saxo tenor en do (C-Melody), al igual que hacía Trumbauer con el saxo melódico, y ese fue el motivo por lo que su sonido era diferente al resto de saxofonistas de la época que además de adorar a Coleman Hawkins, ni siquiera se planteaban alterar el estilo predominante de la época.

La historia nos dice que hay dos músicos distintos en Lester Young y que entre ambos se interpuso la llamada a filas de Lester en el ejercito americano. Entre 1943 y 1945, Lester era un músico relativamente feliz; a pesar de su excentricidad, poseía un sentido del humor punzante y a veces no demasiado bien admitido entre sus colegas de profesión. Ya había entablado amistad con Billie Holiday y mantenía con ella una empatia músical extraordinaria. Pero su incorporación a filas lo cambio todo. Su carácter indisciplinado era lo menos apropiado para el ejercito y sus problemas comenzaron nada mas declarar en un formulario que consumía habitualmente marihuana.

Tras meses de calvario, castigos continuos y aislamiento -fue condenado a cinco años de cárcel en una prisión militar- Lester volvió a la vida civil, pero ya era un hombre marcado y psicológicamente enfermo. Su reincorporación al jazz, vino de la mano del productor Norman Granz, quien amante de su música le consiguió un contrato para grabar con seis pequeñas formaciones diferentes, entre octubre de 1945 y diciembre de 1948, 27 placas para el sello Aladdin - el disco que recomendamos este mes- y entre las cuales figuran piezas de altísimo nivel jazzistico y una obra maestra absoluta que ha pasado a formar parte de la legenda del jazz: "These Foolish Things".

Las grabaciones de Lester Young para el sello Aladdin que presentamos, muestran una frescura imperecedera aun hoy, y también reflejan con nitidez la tristeza de un musico curtido en mil batallas. Estas sesiones se realizaron en pleno apogeo del bebop, y expresan un sentimiento a través de su instrumento con argumentos distintos en las historias que contaba. Entre los acompañantes de Lester Young había músicos provenientes de la época del swing, como el trombonista Vic Dickenson, o boopers declarados como el trompetista Howard McGhee, pero la música no se resiente por ello y siempre es la misma.

Escuchar a Lester Young es una sugerencia muy placentera. Siempre comienza en modo sugerido y luego poco a poco su sonido se apaga lentamente, como se apagó su vida, sentado en una silla frente a la ventana de la habitación del hotel donde vivía, con el saxo entre las manos, sin soplar en el, pero moviendo los dedos sobre las llaves.
*apoloybaco
DISC0 1:
1. Indiana
2. I Can't Get Started
3. Tea For Two
4. Body And Soul
5. D.B. Blues
6. Lester Blows Again
7. These Foolish Things
8. Jumpin' At Mesner's
9. It's Only A Paper Moon
10. After You've Gone
11. Lover Come Back To Me
12. Jammin' With Lester
13. You're Driving Me Crazy
14. New Lester Leaps In
15. Lester's Be Bop Boogie
16. She's Funny That Way
17. Sunday
18. S.M. Blues
DISCO 2:
1. Jumpin' With Symphony Sid
2. No Eyes Blues
3. Sax-O-Be-Bop
4. On The Sunny Side Of The Street
5. Easy Does It
6. Easy Does It
7. Movin' With Lester
8. One O'Clock Jump
9. Jumpin' At The Woodside
10. I'm Confessin'
12. Just Cooling (Digitally Remastered) Lester Young 2:59 $0.99 Buy Track
13. Tea For Two (1947)
14. East Of The Sun
15. The Sheik Of Araby
16. Something To Remember You By
17. Riffin' Without Helen
18. Please Let Me Forget
19. He Don't Love Me Anymore
20. Pleasing Man Blues
21. See See Rider
22. It's Better To Give Than Receive
-
Personnel: Lester Young (tenor saxophone); Helen Humes (vocals); Willie Smith (alto saxophone); Maxwell Davis (tenor saxophone); Howard McGhee, Shorty McConnell (trumpet); Vic Dickenson (trombone); Dodo Marmarosa, Nat Cole, Wesley Jones, Joe Albany, Argonne "Sadik Hakim" Thornton, Gene DiNovi, Jimmy Bunn (piano); Irving Ashby, Fred Lacey, Nasir Barakaat, Chuck Wayne, Dave Barbour (guitar); Red Callender, Curtis Counce, Rodney Richardson, Ted Briscoe, Curly Russell, Junior Rudd (bass); Henry Tucker, Johnny Otis, Chico Hamilton, Lyndell Marshall, Roy Haynes, Tiny Kahn (drums).

Producers: Norman Granz, Leonard Feather.