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lunes, 28 de noviembre de 2011

John McLaughlin: Extrapolation


"... yo vivía en Amberes e iba a Inglaterra de vez en cuando, teníamos una pequeña banda con el contrabajista Dave Holland y el batería Tony Oxley, y era fantástica. Grabamos undisco llamado Extrapolation, con Tony Oxley, John Surman y Brian Odges; John tocaba el saxo barítono y el soprano. Desde luego todos nos sentimos orgullosos cuando Dave se fue a Nueva York a tocar con Miles Davis. ¡imaginense: un ingles tocando con Miles! Era inaudito por entonces, un verdadero triunfo.
"Pocos meses después recibí una llamada de Dave, estaba en Baltimore y ¿adivinan con quien estaba? Yo dije ¡Miles!, me contesto ¡Tony! -Anthony Williams- y quiere hablar contigo. Me dijo que Miles quería formar un grupo y que deseaba contar conmigo. Jack de Johnette le había echo escuchar una grabación que hicimos juntos pocos meses antes, cuando vino a Londres con el trío de Bill Evans. Así que le dije: Cuando estes listo no tienes más que llamarme.
"A principios de 1969 volvió a llamar. Así, rumbo a Nueva York la primera semana de febrero. Dos días después estaba en el estudio con Miles Davis, aquello era increible, ¿comprende? Nueva York era la aspiración para cualquier músico de jazz de Europa... ahora yo tenía la oportunidad ¡y con Miles Davis! increible, increible, increible..."
Estas declaraciones fueron echas por John McLaughlin a Joachim E. Berendt muchos años después de los hechos referidos por el guitarrista.
Mclaughlin habría de convertirse en una estrella internacional, en un músico que, a juicio del ensayista alemán, es uno de los más completos representantes de la escena jazzística de los años setenta; basa esta aseveración el hecho de que McLaughlin encaró con éxito todos los estilos desarrollados en aquellos años, un período que no tiene un representante cabal. De haberlo, siempre según Berendt, McLaughlin podría serlo.
En el origen de aquel salto a Nueva York se halla esta extraordinaria sesión de grabación, hoy un clásico del jazz moderno. Un clásico ideado y ejecutado fuera de las fronteras naturales de esta música.
* Colección maestros del jazz - ed. Planeta Agostino
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Temas:
1. Extrapolation
2. It´s Funny
3. Arjen´s Bag
4. Pete The Poet
5. This Is For Us To Share
6. Spectrum
7. Binky´s dream
8. Really To Now
9. Two For Two
10. Peace Peace
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Músicos:
John McLaughlin: Guitarras eléctrica y acústica
John Surman: Saxos Barítono y soprano
Brian Odges: Contrabajo y bajo eléctrico
Tony Oxley: Batería

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lunes, 21 de noviembre de 2011

CHICK COREA & GARY BURTON: CRYSTAL SYLENCE


Piano: Instrumento de percusión provisto de un teclado. Se compone de una serie de cuerdas metálicas que ordenadas de mayor a menor en una caja sonora y golpeadas por macillos producen sonidos tanto mas o menos intensos cuanto es mas o menos fuerte la pulsación de las teclas. Sus enormes posibilidades melódicas, armónicas y rítmicas pronto hacen que sea profusamente utilizado por músicos de jazz, en una impresionante columna vertebral formada por genios como Earl Hines, Art Tatum, Bud Powell, Bill Evans y ... Chick Corea.

Vibráfono: Instrumento de percusión provisto de una serie de tubos de resonancia por los que circula aire, y que son golpeados por el músico con unas mazas para obtener sonidos de gran pureza y variedad tímbrica. La columna vertebral del instrumento se inicia en el jazz a partir del bop con músicos como Lionel Hampton, Red Norvo, Milt Jackson, Bobby Hutcherson y ... Gary Burton.

El sol descendiendo entre las nubes sobre un bello paisaje sumido en el cristalino silencio de un anochecer inminente... una imagen evocadora de sonidos de otro mundo, un paisaje mental hecho realidad por tres músicos de jazz dotados de un talento inagotable. Y digo tres músicos por que CRYSTAL SYLENCE se beneficia también de la imponente presencia de un espléndido compositor como el contrabajista Steve Swallow, que suministra un combustible armónico de primera calidad en tres de los mas bellos temas del disco. Describir la música de este etéreo vinilo es, mas que imposible, inútil. Es mejor dejarse embriagar por el inagotable caudal de ambrosía que destilan Chick Corea y Gary Burton. Las notas del vibráfono, de una pureza infinita, colándose entre los bellísimos y misteriosos acordes, contrapunteando los certeros torrentes de notas de un piano celestial. Dos discursos paralelos engañosamente dispares pero que se acoplan en mágica imbricación y producen una música para soñar despierto.

* Enrique de Ramón - jazznoend

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CRYSTAL SYLENCE - ECM - 1972
  1. "Duende" (Corea) – 10:54
  2. "Love Castle" (Corea) – 12:41
  3. "Brasilia" (Corea) – 9:38
  4. "Crystal Silence" (Corea) – 14:09
  5. "La Fiesta" (Corea) – 13:35

lunes, 7 de noviembre de 2011

COUNT BASIE - APRIL IN PARIS


Después de la llamada crisis de las big bands, cuando ninguna de las grandes formaciones se salvó de ser definitiva o transitoriamente disuelta, Count Basie no dudó en refundar la suya. A partir de 1952 existieron varias formaciones basianas, todas ellas unidas en una tendencia nueva, tanto musical como profesional: la búsqueda y consecuente encuentro de la perfección. El resultado, sobre todo después del reajuste de la sección rítmica, con la incorporación de Ed Jones y Sonny Payne agregados a Basie y el imprescindible Freddie Green, es asombroso. Una comparación con la banda que llegó a su ápice alrededor de 1940 es inevitable: esta suena mucho mejor ... pero no tiene aquellos solistas. Es cierto que Lester Young y Herschel Evans son irrepetibles y que el llamado jazz de Kansas City ya no existe, pero la incorporación del papel del arreglista como figura eminente, si o suple las ausencias, incorpora el signo de una época nueva, tan fructífera como la clásica. Los discos que Basie grabó en aquellos años, aproximadamente hasta 1962, son de una calidad superior.
La elección de este y no de, por ejemplo, The Atomic Mr. Basie o Kansas City Suite no se debe atribuir a un criterio caprichoso; en April In Paris conjugan todos los elementos del mejor "nuevo" Basie con una tradición fundada por el mismo: la preponderancia del espíritu bluesy, la perfección rítmica, el swing incontenible y desbordante, la naturalidad a partir del rigor, la seriedad en las orquestaciones, la fantasía de los solistas. Se exhiben con equilibrada presencia, Thad Jones, Joe Newman, Frank Wess, Henry Coker, Sonny Payne y, naturalmente, el propio Basie, alma sutil y elegante de la orquesta, presencia absoluta aunque discreta.
En cuanto a los arreglistas, estas sesiones contaron con la flor y nata: "Wild Bill" Davis, Ernie Wilkins, Frank Foster y Neal Hefti. Foster sería, a partir de entonces, el arreglista más estable de la orquesta y quien se encargaría, después de la muerte de Basie, de conducirla hacia una operación nostálgica de supervivencia.
Todos ellos ponen el acento en los ángulos indiscutibles de la organización: la sección rítmica y la sección de trompetas, probablemente la mejor que tuvo Basie nunca, y que aúna las sensibilidades solistas de Thad Jones y Joe Newman con el perfecto ensamblaje del grupo. La utilización del arreglo de Davis de April in Paris se debe al éxito que tuviera en una exhibiciones en Birland; la reiteración final ("On More Time") rememora el momento de aquella velada en que Basie, solicitado por el público, tuvo la ocurrencia que hacerle repetir a la orquesta el último, y fogoso, coro del arreglo.
Fue un gesto incorporado, como también son gestos las cristalinas sugerencias del líder, que parece acercarse al piano con tímida picardía para volverse motor ... y allí atrás Freddie Green que, antes de cada exhibición o sesión de grabación, empleaba una hora para afinar su instrumento, cuyas cuerdas (se rumoreaba) cambiaba cada día.
* Cesar Sampaio - 100 discos de jazz - Ed. La Máscara