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lunes, 30 de enero de 2012

Marcin Wasilewski: Faithful


Tercera grabación del joven pianista polaco Marcin Wasilewski como lider de su propio trío para ECM. Ya teníamos en el sello dos buenas muestras de su singular estilo firmadas respectivamente en el 2005 con el álbum trío y en el 2007 con jaunary. De este grupo, que ya lleva varios años juntos, podemos decir que posee un flujo creativo totalmente simbiótico, lo que ayuda a enfrentarnos a este gran paso adelante del trío que es lo que supone este Faithful.
Hasta ahora la marca de la casa había sido un lirismo sin prisas pero sumamente concentrado, una música hecha con quietud y paciencia y sobre todo con sapiencia. marcin Wasilewski es poseedor de un frseo conmovedor y elegante a partes iguales, mientras que sus compañeros desde la adolescencia: Slawomir Kurkiewicz al contrabajo y Michal Miskiewicz en la batería, están en sintonía total con el inteligente pianista.
Faithful, cuya tradición es fiel o leal , puede suponer sin embargo un cambio en la dinámica de este trío y en la carrera de este pianista surgido de las filas del gran trompetista Thoma Stanzko.
El repertorio del cd incluye aparte de cinco originales del propio Wasilewski, donde casi siempre sigue fiel a su propio y calmado estilo, destacando como bellas excepciones las más alegres Night Train To You o Mosaic. Otras composiciones que se incluyen en este álbum beben de fuentes tan diversas como Hans Heisser, compositor contemporaneo aleman de música clásica; Ornete Coleman que esta representado con su Faithful que da título a la grabación, el brasileño Hermeto pascoal o una de las grandes influencias del pianista Paul Bley con Big Foot, además podemos destacar la versión que el grupo realiza del tema Ballad of the Sad Young men que populariza con su voz Shirley basseyl.
Un sentido sutil muy bien desplegado del rítmo y la dinámica que recuerdan a numerosos maestros del piano como Jarret o Mehldau hacen de este Faithful un disco totalmente convincente, un paso importante en el camino hacia la madurez artística de este pianista, un artista con suficiente potencial para convertirse en una de las voces immportantes en su instrumento.
I. Ortega - distrijazz
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MARCIN WASILEWSKI - FAITHFUL - ECM -2011
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1. An Den Kleinen Radiopparat
2.Night Train To You
3. Faithful
4. Mosaic
5. Ballad Of The Sad Young Man
6. Oz Guizos
7. Song For Swirek
8. Woke Up In The Desert
9. Big Foot
10. Lugano Lake
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Personel:
Marcin Wasilewski - piano
Slawomir Kurkiewitcz - contrabajo
Michal Miskiewicz - batería

lunes, 23 de enero de 2012

ART PEPPER - TODAY


El de Art Pepper es un caso de resurreciión artística singular, al menos en el mundo del jazz. Habían transcurrido 19 años desde Art Pepper + Eleven, y 17 desde Intensity, su última grabación de estudio para Contemporary. En algún lugar de ese espacio de tiempo, la tragedía, sintetizada en los varios años que el artista pasó en la carcel. De golpe cuando y nadie apostaba por el, Contemporary saca un nuevo disco, Living Legend(1975), la portada muestra la que desde entonces será su imagen: la de un exconvicto lleno de tatuajes, cicatrices ornamentales en el cuerpo de un hombre que ha pasado por todos los peligros y muchos horrores. El contenido musical hiela la sangre: es el mismo saxofonista, pero todo en su música, el sonido, la articulación, el ataque, evidencia su vida y muestra que su dueño no quiere esconderla.
A continuación vienen The Trip (1976), No Limit (1977), las sesiones del Village Vanguard (1977), Among Friends y Today (1978); en este último la tristeza nos devuelve la mirada de un ser humano que nunca volverá a ser quien fuera. La sesión es perfecta, quizás no la mejor de las grabadas por Pepper hasta su muerte, pero si la que sintetiza más cabalmente sus intenciones, o lo que hoy podemos suponer que fueron sus ideas musicales. Hay en Today la furia que estaá en su obra sucesiva, coherencia temática y perfección en la ejecución, elemento este último bastante contradictorio con la fuerza interior que se pugna por manifestarse: la ansiedad está presente, pero siempre es contenida. La fragmentación del discurso nos sugiere que más que una historia que contar, el solista en si mismo es una historia... que de sis solo puede transmitir las sensaciones porque el argumento está en su propia vida. Straight Life, como el título de su autobiografía.
La compañía pepperiana es perfecta, una combinación impecable donde destaca, sobre todo la fina percusión de Roy Haynes, incombustible hacedor de rítmos y sugeridor de atmósferas (These Foolish Things). Muy notable también el despliegue de ideas de Stanley Cowell, un pianista de conceptos claros e inspiración a veces sorprendente. De entre los temas, especialmente destacable es el original Miss Who?, remake melódico sobre los acordes del tan trabajado Sweet Georgia Brown. mambo Koyama completa la inclinación de Pepper por la música de inspiración latina, iniciada en su célebre Mambo de la Pinta.
Después de este magnífico disco vendrían sesiones igualmente valiosas: So In Love, Artworks, Landscape, y Straightlife (1979); Wintermoon (con cuerdas 1980), considerado por Pepper como su mejor disco; APQ y Roadgame (1981); Tete a Tete y Goin´Home (1982), grabados a dúo con el gran pianista George Cables, su acompañante favorito. Un mes después de su última aventura artística, Art Pepper murió a los 56 años. Durante toda su vida había perseguido la belleza, quizás para si mismo; solo pudo ofrecersela a los demás, con su música desde el dolor y la soledad.
*C. Sanpayo - 100 discos de jazz - ed. La Máscara
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ART PEPPER - TODAY - GALAXY - 1978
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1. Miss Who?
2. Mambo Koyama
3. Lover Come Back To Come
4. Patricia
5. These Foolish Things
6. Chris´s Blues
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Personel
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Art Pepper - saxo alto
Stanley Cowell - piano
Cecil McBee - Contrabajo
Roy Haynes - batería
Kenneth Nash - congas, percusión en Mambo Koyama

lunes, 9 de enero de 2012

ART PEPPER - UNA VIDA EJEMPLAR


En una encuesta de Internet, preguntaban cuál era la mejor autobiografía del jazz. Art Pepper (1925-1982) hubiera estado encantado de saber que la suya quedó la tercera, solo superada en votos por las de Miles Davis y Charlie Mingus. Una de las preocupaciones subyacentes en Una vida ejemplar es su incierto lugar en la jerarquía de una música dominada por creadores afroamericanos.

Arthur Pepper creció en un medio jazzístico -Central Avenue, en Los Ángeles-, abierto a músicos de todos los colores. Sus modelos fueron saxofonistas negros: Charlie Parker, Lester Young, John Coltrane. Sin embargo, las experiencias carcelarias le convirtieron en un racista: detestaba la arrogancia de los presos negros; esencialmente apolítico, no podía entender la estrategia del black power.Tras abandonar San Quintín, pensó en fundar "un grupo de autodefensa formado por blancos, por blancos dispuestos a defender su raza y a no seguir siendo la víctima del odio negro (...). Los negros defienden el separatismo y la creación de su propio Estado, pero a la vez predican la destrucción de la raza blanca, el proyecto de follarse a todas las mujeres blancas para que sus hijos sean de color".

Y no sigo. Pepper hizo uno de sus mejores discos, en 1957, con la sección rítmica de Miles y, hasta el final de sus días, giró y grabó con sidemen negros. Pero cualquier broma, dentro o fuera del escenario, le ponía belicoso. Por el contrario, mantenía relaciones óptimas con los chicanos. Algunos desempeñaban funciones esenciales en el ecosistema de los yonquis californianos: vendían la mejor heroína y aceptaban cómplices para robos.

No daba la talla como delincuente: terminó birlando herramientas de albañiles y mecánicos. Se ponía límites: rechazó ejercer de proxeneta o camello. Aparte, se mantuvo inquebrantable: rechazó ser un chivato y se comió duras condenas. Hablamos de los años cuarenta, cincuenta y primeros sesenta, cuando Harry J. Anslinger, primer zar antidrogas, mantenía la consigna de mano dura con losjazzmen: su visibilidad y su oficio itinerante les convertía en blancos infalibles. Además, los meros indicios -pinchazos en los brazos- te llevaban a una celda.

Como otro desdichado coetáneo, Chet Baker, Pepper era un hombre apuesto, un imán para las mujeres. La infinita variedad de drogas que consumió no afectó a su libido. En la Segunda Guerra Mundial, durante un permiso, liga con una londinense. El día pasa entre botellas de whisky pero llega la noche y la chica no quiere consumar. Lo que sigue es prácticamente una violación. Art tarda poco en descubrir las razones de tan británica reticencia: ella tenía gonorrea.

Una vida ejemplar es fruto de la intuición de su tercera esposa, Laurie. Se conocieron en Synanon, un centro de rehabilitación, donde no escaseaban las historias truculentas. Pero Laurie se quedó prendada del carisma, la vulnerabilidad, la pillería de Art. Inspirada por Los hijos de Sánchez, el libro del antropólogo Oscar Lewis, concibió una biografía oral de su marido. Y aplicó técnicas similares a las de un productor con acceso a abundante material sonoro.

Durante varios años, Laurie sentó a Art frente a una grabadora. Las historias se repetían con cambios, que ella incorporaba a una transcripción master, que solo recibía la aprobación tras una lectura en voz alta. Laurie añadió otras percepciones: las de socios musicales, compañeros de adicciones y una devota fan. Para fijarle históricamente, reprodujo material extraído de Down Beat: entrevistas, críticas y hasta editoriales sobre el binomio jazz-drogas. Es, en el mejor sentido, literatura jazz.

En Una vida ejemplar convergen varias narrativas. Primero, su odisea sexual: inicialmente, la revista Penthouse quería publicar esas páginas pero, ay, tienden hacia lo sórdido. Luego, la épica del adicto irreductible, que superó cuatro estancias en prisión. Y finalmente, la expresión creativa de un músico tan dotado como misántropo, desubicado por las revoluciones del be bop, el cool y la new thing de Coltrane.

Resulta lamentable que la versión española prescinda de la minuciosa discografía, que ocupaba cuarenta páginas. Aunque estuviera desfasada, evidencia lo fragmentario que hubiera sido su legado de no haber contado con la confianza de dos disqueros visionarios, Les Koenig (fundador de Contemporary Records) y Ralph Kaffel (presidente de Fantasy). Pepper, fogueado en las big bands, adquirió voz propia en tiempos profesionalmente tan inciertos como los actuales, con la implantación del soporte elepé y la hegemonía de la música juvenil; mala época para solistas con hábitos peligrosos.

Una vida ejemplar concluye con un fugaz triunfo íntimo. A lo largo del texto, aparece el nombre de Sonny Stitt, un vigoroso alumno (negro) de Charlie Parker que grabó en abundancia, sin los dramas y dudas de Pepper. Coinciden en San Francisco y se retan a un duelo: improvisar sobre Cherokee. Cuenta Pepper: "Arrancó a tocar a toda velocidad. Tocamos el principio, la melodía, y Sonny se embarcó en el primer solo. Y tocó por lo menos cuarenta chorus. Estuvo tocando quizá una hora seguida, hizo todo lo que podía hacerse con un saxofón. Y de pronto se detuvo. Y me miró como diciendo: 'Para que aprendas, capullo. Ahora te toca a ti".

Art se siente mal, muy mal. Ha abusado del alcohol y las drogas. Sospecha que hay estupas al acecho y le preocupa su segunda esposa, que nuevamente amenaza con suicidarse. Pero se lanza:

"Toqué como nunca en la vida. Rebusqué en mi mente y encontré mi forma personal, y lo que expresé le llegó al público. Toqué y toqué, y cuando finalmente acabé estaba temblando de pies a cabeza. Tenía el corazón desbocado. Estaba empapado en sudor, y la gente aplaudía y vitoreaba. Miré a Sonny; me contenté con hacerle un pequeño gesto con la cabeza.

-¡Muy bueno!, dijo él.

Y eso fue lo que pasó. Y eso es lo que importa en la vida".

Diego A. Manrique -El País

lunes, 2 de enero de 2012

Lee Konitz - Live at Birdland


Tres auténticos maestros del jazz como son el saxo alto Lee Konitz (82 años); el baterista Paul Motian (78 años) y el contrabajista Charlie Haden (72 años); junto con la presencia del ‘joven’ pianista Brad Mehldau (39 años), sin duda uno de los líderes musicales de su generación; se unieron para tocar juntos en el Birdland de Nueva York, uno de los locales míticos de la historia del jazz, durante la semana del 4 al 10 de diciembre de 2009.
Las dos últimas noches de esa serie fueron registradas por Manfred Eicher, el jefe del sello ECM, y el resultado de todo ello es este disco, que va a hacer las delicias de todos aquellos que disfruten con la visión más ‘cool’ y mainstream del jazz.
La cosa era no complicarse la existencia al menos en lo referente al repertorio, y de esta manera, los seis temas del disco son standars de jazz absolutamente indiscutibles: Loverman, Lullaby Of Birdland, Solar, I Fall In Love Too Easily, You Stepped Out Of A Dream y Oleo; fueron las seleccionadas. Como se puede apreciar hay recuerdos a Billie Holiday, Miles Davis y Sonny Rollins, y una música que de tan tocada, puede llegar a ser una trampa por lo aparentemente fácil, sencilla y conocida.
Jazz intimo, sugerente, insinuante, tocado con delicadeza, buscando la pureza y yendo a lo esencial de cada tema, de cada nota. Sólo hay que felicitar a Koonitz por su libertad improvisativa, a Haden por su riqueza rítmica, a Motian por la ligereza que despliega para que sus compañeros se sientan arropados y a Mehldau por la madurez que ha alcanzado.
* José Manuel Pérez Rey - Distrito Jazz
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LEE KONITZ - LIVE AT BIRDLAND - ECM - 2011
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Lee Konitz (saxo alto), Brad Mehldau (piano), Charlie Haden (contrabajo), Paul Motian (batería)
1.“Lover Man”
2.“Lullaby Of Birdland”
3. “Solar”
4.“I Fall In Love Too Easily”
5.“You Stepped Out Of A Dream”
6.“Oleo” 15:19 (Sonny Rollins)

Grabado en Birdland, Nueva York, el 9 y el 10 de diciembre de 2009.
Publicado en 2011 por ECM. Distribuido por Distrijazz.
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