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lunes, 27 de septiembre de 2010

BILLIE HOLIDAY - LADY IN SATIN


Entre todas las cantantes de jazz, Billie Holiday fue la que elaboró más profundamente y con mayor audacia la materia musical sobre la que trabajaba. Es aquí, en su reelaboración, donde reside su arte improvisativo entendido como visión particular de la realidad. Se puede afirmar que Billie volvía a componer las canciones interpretándolas, con la fuerza creativa y todas las reservas de oficio que puede tener un gran improvisador. Pero la improvisación en Billie no es evidente: está el particular modo de acentuar, en la emoción puesta al servicio de cada palabra dicha, de cada idea expuesta. Billie es tambien famosa por haber dado profundidad a canciones superficiales.
Ese tan particular modo suyo de elaborar las frases, evitando las soluciones obvias y los lugares comunes, experimento una evolución notable con el pasar de los años, volviendose cada vez más complejo, a veces excéntrico, pero siempre rico y sorprendente. A esta evolución debemos sumar los cambios en la calidad tímbrica de su voz, que en los inicios de su carrera era punzante y límpida, volviendose, hacia el final de su vida, amarga y casi ronroneante. En estas grabaciones, conmovedoras y de una extraordinaria belleza, Billie fuerza los límites de su extensión vocal, sobre todo en el registro bajo, donde se vuelve más insinuante que explícita. Su fraseo se convierte, entonces, en algo más tortuoso, doloroso y dramático. Algunos hancaptado en estas grabaciones de Billie Holiday una estética expresionista que antes le había sido ajena.
Ray Ellis escribió los arreglos y dirigió la orquesta, que no es una orquesta de cuerdas, sino una banda con el agregado de las cuerdas (muy del gusto de Billie y otros cantantes), para esta tomas realizadas entre el 18 y el 20 de enero de 1958, en Nueva York. Allí había grandes personalidades del mundo del jazz, como el pianista Hank Jones, los trombonistas J.J. Johnson y Urbie Green y el pianista Mal Waldron.
Billie Holiday murió en Nueva York en junio de 1959, tenía 44 años.
*Texto colección maestros del jazz
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BILLIE HOLIDAY - LADY IN SATIN - COLUMBIA - 1958 - CS 8048
Side one
1."I'm a Fool to Want You" (Joel Herron, Frank Sinatra, Jack Wolf) – 3:23
2."For Heaven's Sake" (Elise Bretton, Sherman Edwards, Donald Meyer) – 3:26
3."You Don't Know What Love Is" (Gene DePaul, Don Raye) – 3:48
4."I Get Along Without You Very Well" (Hoagy Carmichael) – 2:59
5."For All We Know" (J. Fred Coots, Sam M. Lewis) – 2:53
6."Violets for Your Furs" (Tom Adair, Matt Dennis) – 3:24
Side two
1."You've Changed" (Bill Carey, Carl Fischer) – 3:17
2."It's Easy to Remember" (Lorenz Hart, Richard Rodgers) – 4:01
3."But Beautiful" (w. Johnny Burke, m. Jimmy Van Heusen) – 4:29

4."Glad to Be Unhappy" (Lorenz Hart, Richard Rodgers) – 4:07
5."I'll Be Around" (Alec Wilder) – 3:23
6."The End of a Love Affair" (Edward Redding) – 4:46 [mono CL 1157 only]

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Known personnel
Billie Holiday, vocal
Ray Ellis, arranger and conductor
George Ockner, violin and concertmaster
David Sawyer, cello
Janet Putnam, harp
Danny Bank, flute
Phil Bodner, flute
Romeo Penque, flute
Mel Davis, trumpet
J.J. Johnson, trombone
Urbie Green, trombone
Tom Mitchell, trombone
Mal Waldron, piano
Barry Galbraith, guitar
Milt Hinton, bass
Osie Johnson, drums
Elise Bretton, backing vocals
Miriam Workman, backing vocals

lunes, 20 de septiembre de 2010

DEXTER GORDON - OUR MAN IN PARIS


El saxo alto encontró su verdadero mesias en Parker, en el tenor la situación era más compleja por la aplastante influencia de los estilos de Coleman Hawkins y Lester Young. Ahí reside la meritoria tarea acometida por Dexter Gordon (1923-1990). Sus primeras grabaciones de juventud, tras su paso por las orquestas de Lionel Hampton, Fletcher Henderson, Louis Armstrong y Billy Eckstine en 1944-45 -compartiendo pupitre con muchos de los boopers-, testimonian su lucha por conciliar su obediencia lesteriana con la nueva mecánica parkeriana. Y si su fraseo y concepciones armónicas se situan claramente en esta óptica, su denodado trabajo hacia la adquisición de un sonido musculoso y potente indica que no permaneció indiferente a Hawkins y sus seguidores. Alcanzada la síntesis de sus registros con Leo Parker, Tadd Dameron y Fats Navarro y con Wardell Gray -otro interesante tenor lesteriano con quien protagonizó numerosos duelos entre 1947 y 1952-, Gordon se convierte en un punto de referencia para muchos saxofonistas coetáneos y posteriores: Coltrane y Rollins, sin ir más lejos, lo escucharon atentamente.

Durante los cincuenta su carrera se vio oscurecida por problemas con las drogas. Pero, en 1960 renacia un nuevo Dexter Gordon, que curiosamente tenía muy en cuenta las aportaciones de su discípulo Trane. Al año siguiente firmó un contrato con Blue Note, que dio lugar a toda una serie de magnificos elepés que marcan su madurez. Desde 1962 hasta 1976 se estableció en Europa, residiendo en Copenage y haciendo esporádicos viajes a Usa. Grabó numerosos discos para el sello danes SteepeChlase. El retorno triunfal a su patria y su última época está refleja en sus discos para Columbia. En 1985 protagonizó la película Round Midnight, una de las más destacadas sobre el mundo del jazz, siendo nominado para el Oscar.

Aquí, como en los otros Blue Note estamos ante un Dexter pletórico de facultades. El dinamismo, la imaginación melódica y el swing contagiosa están presentes en sus interpretaciones de clásicos del bop como Scraple from the apple o A night in Tunisia, con su acostumbrado uso humorístico de citas. Brodway es un homenaje al maestro Lester, de desbordante y poderosa alegría. Su magistral forma de interpretar las baladas, con tono profundo, economia y emocionado lirismo (siempre insistió en que es tan importante en conocer la música como la letra de una canción, para poder "contar una historia"), se encuentra en Willow... y Starway to the stars. En cuanto a los acompañantes parisinos, es una de las mejores prestaciones del periodo final de Bud Powell, Kenny Clarke (el padre de la batería moderna) aporta su sabiduria y seguridad a toda prueba y Michelot era entonces el contrabajista más firme y reputado europeo.
*F. Garcia Herraiz - 100 discos de jazz - Ed. La Máscara
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DEXTER GORDON - OUR MAN IN PARIS - BLUE NOTE - 1963
1. Scrapple From The Apple
2. Willow Weep For Me
3. Broadway
4. Stairway To The Stars
5. A Night In Tunisia
6. Our Love Is Here To Stay
7. Like Someone In Love
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DEXTER GORDON: Tenor Sax
BUD POWELL: Piano
PIERRE MICHELOT: Bass
KENNY CLARKE: Drums

domingo, 12 de septiembre de 2010

BILL EVANS - THE PARIS CONCERT


El 26 de noviembre de 1.979, en Paris, la belleza cobró vida en las manos de Bill Evans. En aquel año, Evans había emprendido una gira europea con su trío, que le llevaría a distintos paises europeos, entre ellos Francia, Alemania y España; sería la última. La implacable enfermedad que desde hace algún tiempo sufría, nos privaría de su presencia apenas unos meses después de esta grabación. Pero la enfermedad, lejos de menoscabar sus facultades técnicas y expresivas, parecen imbuirle la fuerza y la rabia de aquel que intuye que el tiempo se acaba, aún cuando queda tanto por hacer y por decir.
El último trío de Evans - Marc Johnson al bajo y Joe La Barbera en la batería - puede, con justicia, ser considerado el mejor de los que logró reunir durante su carrera, únicamente superado por aquel mágico conjunto integrado por su hermano espiritual Scott La Faro y el batería Paul Motian y que solo la prematura muerte de La Faro, conseguiría disolver. Johnson es un bajista de gran técnica y extraordinaria sensibilidad que se entrega con facilidad al intenso y fructífero diálogo piano-bajo que a Evans siempre le fue tan caro y que se puede considerar como la esencia y el motor del conjunto. La Barbera es uno de estos músicos que, aún conscientes de su gran técnica y dominio del instrumento, hacen de la humildad su mayor virtud, comprendiendo que en el trío de Evans, la batería es, sin duda, una actriz de reparto.

El repertorio esta compuesto por una selección de standards, tales como I loves you porgy, My romance o Beautiful Love, tantas veces interpretados por Evans, así como de temas del propio pianista como Letter to Evan, Laurie o 34 Skidoo, lo que nos permite recordar el gran compositor que fue Evans. Como una rara joya dentro del album os recomiendo escuchar con atención la interpretación del tema del compositor brasileño Francis Hime, "Minha", interpretada a piano y contrabajo.

Bill Evans llega al final del camino para enfrentarse con el gran misterio y su música, cargada como siempre de un enorme lirismo y sensibilidad, nos parece en esta ocasión, cubierta por un manto de nostalgia, como la neblina que desde el Sena se extiende al atardecer por las callejuelas del barrio latino del viejo Paris.
* Lorenzo Orriols - Jazznoend
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BILL EVANS - THE PARIS CONCERT VOLUMEN 1

1. I Do It for Your Love
2. Quiet Now
3. Noelle's Theme
4. My Romance
5. I Loves You, Porgy
6. Up with the Lark
7. All Mine (Minha)
8. Beautiful Love
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VOLUMEN 2
1. Re: Person I Knew
2. Gary's Theme
3. Letter To Evan
4. 34 Skidoo
5. Laurie
6. Nardis
7. Interview
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The Paris Concert Editions one & two
Bill Evans (piano) - Marc Johnson (contrabajo) - Joe La Barbera (batería)
Grabado en directo en Paris el 26 de Noviembre de 1.979
Elektra Musician Jazz Masters Edition

lunes, 6 de septiembre de 2010

TORD GUSTAVSEN - THE GROUND


Llegar a ECM desde Noruega no es difícil, hacerlo debutando y a cierta edad, sí. Una trilogía en trío ha dado a conocer un pianismo quedo y abreviado que entorno a la proximidad sensitiva extiende una atmósfera melódica. Su música depara lugares infrecuentes de poesía en un terreno tan visitado como la balada.
Inmersión poética
Dice Saúl Yurkievich refiriéndose a la escritura de Julio Cortázar, “la buena prosa es como el jazz, es escritura jazzística. Cautiva por su swing, por su tensión rítmica. Puja entre tema y variación, entre lo que se retoma y lo que se inventa”. Nada a priori parece relacionar, excepto quizá una sólida estructura que se expresa mejor en la narración corta, al genial escritor argentino con el pianista noruego. En cambio, materia y forma, significado y significante parecen fundir a ambos en la dialéctica vital entre lo adquirido y lo creado. La improvisación y la poesía prestan energía expansiva a su prosa breve.
El acercamiento a Tord Gustavsen (Oslo, 1970) puede resultar engañoso al principio. Pianista de gran impregnación melódica absorbida del folk, el blues, los espirituales y los boleros, concebida en tiempos lentos deudores del género balada, su música podría resultarnos en exceso clásica, incluso añeja, para un joven intérprete como él. “El estudio del jazz clásico ha sido determinante en mi formación, pero cada uno debe encontrar su pathos. Antes que jazz escuché música sacra en forma de himnos, canciones de cuna, espirituales y bastante música occidental. Todos estos elementos son importantes en mi bagaje, luego encontré en “mi” jazz la forma de hacerlos dialogar con fundamento. Pero este proceso tiene que ser, necesariamente, orgánico, venir de dentro, no a través de una idea preconcebida”.
Estilos que giran alrededor del blues antiguo, calor de recogimiento latino, uniformidad en las duraciones que fija un esquema de canción, salvo la respiración espaciada que caracteriza al sello alemán, su estilo va a contracorriente de lo que entendemos por jazz nórdico. “Ciertamente todas esas esencias son muy importantes para mi, también el folk escandinavo, las danzas de la zona rural de Noruega lo son. Pero estas influencias no son evidentes, están debajo de la superficie, drásticamente transformadas. Hay distintas corrientes en mi música, pero intento naturalizarlas tanto desde la meditación como desde la integración”. El factor referencial que otorga coherencia a su estilo, a ese toque bluesy a la vez contrapuntístico y resonante, es "Keith Jarrett en los setenta al frente del cuarteto nórdico, sin duda, una de mis mayores influencias”.
Profundidad expresiva
El aliento poético -lírico, romántico, religioso incluso- que emana de esta música podría embriagar fácilmente los sentidos, confundiéndolos... “La gente reacciona de muy diferente manera en la escucha, algunos sólo aprecian la `belleza´ desde un punto de vista superficial. No voy a intentar convencerles. Hacer música para mi sólo tiene significado si me involucra al mismo tiempo como oyente y como intérprete. Sin ser banal, entendí que necesitaba tocar lo que me gustaría oír, no lo que se suponía que debería esperar que debía hacer como músico”. El mensaje de Gustavsen requiere de repetidas y reposadas escuchas para apreciar la veracidad penetrante de esa atmósfera melódica que trasciende los perfiles. “Tiene que venir de una auténtica pasión por las melodías, por la intensidad del momento. La música sincera proviene de la intensidad que produce la expresión emocional combinada con la destreza y la claridad”. Clave en esa construcción del clima pero también instigador de cierta austeridad expositiva es el silencio. “Te da la llave para escuchar lo que no debes tocar de más”.
Triología I
Los tres discos publicados en ECM denotan una sutil evolución en el planteamiento del trío. Infundido por el significado y el significante de la forma balada sobre escritura original, su maestría reside en abordar este territorio desde distintos planos, intercalando silencios, ganando progresivamente en apertura de espacios, equilibrio instrumental e intensidad rítmica. Fundado poco antes de su debut discográfico en 2003, el grupo mantiene hoy la formación original, con Harald Johnsen al bajo y Jarle Vespestad a la batería. “Percibo un desarrollo en los tres álbumes, así como también una fuerza unificadora”. Su estilo queda expuesto con todo lujo de detalles en Changing Places: baladas folk-blues-bolero-standard que derivan en falso tango (Where Breathing the Stars) o en un vals lento (Melted Matter). Son melodías cantables dispuestas en esquemas sencillos y desarrolladas en un tiempo que parece detenerse pese a su limitada duración. La concisión promovida por el silencio es una de sus virtudes, más apreciable si cabe en lacónicos y contados interludios a piano solo repartidos en cada una de las entregas. “No suelo dar conciertos a piano solo, prefiero tocar en solitario en algunas secciones con el trío, en interludios o en introducciones”.
Triología II
The Ground tuvo éxito en su país, dentro y fuera de las listas de jazz. En este trabajo se aprecia una mayor presencia temática del folk-blues e inevitablemente de la vehiculación bluesy proporcionada por el Jarrett de Belonging o My Song. Como consecuencia de lo antes apuntado, se hace más evidente la canción popular latinoamericana. En Token of Tango, el género bonaerense queda despojado de la tensión métrica y también del apasionamiento trágico. La energía del sonido va en aumento aunque los tiempos siguen siendo lentos; los contrastes entre las funciones melódica y rítmica (más asimétrica) se acentúan sin que desaparezcan los pianísimos; hay mayor libertad de gestos en piezas como Twins. La ornamentación en arabescos, sugerida en otras ocasiones, remite aquí a Ravel. “Los conciertos en directo son distintos a las sesiones en estudio. Funcionamos casi como una banda de pop cuando mantenemos la fidelidad al tema original, aunque hay libertad suficiente como para que tomen direcciones insospechadas”.
La línea aperturista llega hasta su reciente tercer disco, y en buena medida estos cambios se deban a las experiencias en vivo y a facilitar más espacio para la improvisación. Being there, tema y disco, es consecuencia del proceso anunciado en The Ground, esa personal mezcla en la que confluyen canción latina y Jarrett, impresionismo y blues. El relato corto, en la intensidad sostenida del instante, incita al bosquejo (Sani) o al detalle inacabado (Where We Went). La tensión suspendida que ahora presenta el trío participa del folk-blues añadiendo cierto groove (Blessed Feet, Svensson-Jarrett) y de la respiración poética, bien romántica (Vicar Street recuerda a Melhdau) bien religiosa (Still there, gospel). Hay mayor insistencia en las líneas melódicas a través de la repetición o el uso de trémolos, pero el piano cede su protagonismo favoreciendo la interacción entre las partes. Música meditativa antes que contemplativa (Cocoon).
Tord Gustavsen acaba de recibir un encargo de composición para conjunto de saxofón, voces, bajo y batería, mientras mantiene el trío y gira a dúo con el saxofonista Tore Brunborg. Pero quizá la colaboración más llamativa (todas marcadas por la creación noruega) es la que realiza junto al grupo coral femenino de música antigua Trio Mediaeval, en cuyo repertorio hay piezas escritas por el pianista inspiradas en poemas sufíes.
*Jesus Gonzalo - Cuadernos de Jazz.
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TORD GUSTAVSEN - THE GROUND - ECM 1892 - 2004 -
Tord Gustavsen — piano
Harald Johnsen — double bass
Jarle vespestad — drums

01. Tears Transforming [5:38]
02. Being There [4:17]
03. Twins [4:57]
04. Curtains Aside [5:15]
05. Colours Of Mercy [6:09]
06. Sentiment [5:35]
07. Kneeling Down [5:48]
08. Reach Out and Touch It [5:49]
09. Edges of Happiness [3:07]
10. Interlude [2:03]
11. Token of Tango [4:12]