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lunes, 16 de noviembre de 2009

THELONIOUS MONK - LA MUSICA DE LAS ESFERAS



Thelonious Sphere Monk elegía, muchas veces, el silencio. Callaba donde otros tocaban. Cortaba donde la costumbre unía. Y Thelonious Monk calló, una vez y para siempre. Los últimos años de su vida los pasó sin hablar. O casi. En una ocasión le recitó al pianista Barry Harris los acordes correctos para "Ruby, my dear". En otra, según el saxofonista Charlie Rouse, uno de sus antiguos compañeros de ruta, converso con el toda una tarde. Pero Monk ya no iba a esa esquina de Nueva York, en donde se paraba durante horas para hacer muecas y gesticulaciones extrañas (una esquina que hoy, por supuesto, se llama Thelonius Monk Circle) y ya no daba respuestas disparatadas para que lo tomaran como un místico. Monk estaba encerrado en su habitación. En 1972 toco por última vez con su grupo. Después apareció esporadicamente como invitado en algunos conciertos de amigos. Y en un momento, sencillamente, dejo de tocar, de moverse, de hablar. Se lo veía saludable pero según el saxofonista Steve Lacy, "Había perdido el apetito por tocar, por la vida, por la comida, por el trabajo". El 17 de febrero de 1982, Thelonious Monnk murió en silencio.


I MEAN YOU


Una vez le hicieron escuchar a Duke Ellington una grabación de Monk. Ellington que nunca lo había oído hasta entonces, creyó que era el mismo y se desorientó: "¿Cuando toque este tema?". Cualquiera que haya escuchado a ambos sabe que sus estilos son diferentes. Donde Ellington es elegante, Monk es declaradamente tosco. No solo no oculta sus deficiencias tecnicas sino que las exagera. A lo largo de su carrera fué construyendo una manera de tocar cada vez "peor". Entonces, ¿que es lo que confundió a Duke Ellington? Dos cosas: por un lado el estilo stride, a la manera de los viejos James P. Johnson y, sobre todo, Fats Waller. Esa manera de marcar los tiempos con la mano izquierda, oscilando entre dos notas del bajo, no se concedía con la modernidad de la armonía. Y el único exentrico que Ellington conocía , capaz de ese estilo algo bizarro, era él mismo. Per había un dato más. Eran muy pocos los que se deleitaban en el uso sistemático del silencio, de los escamoteos de notas, de dejar de tocar lo que la mente podía estar esperando que sonara. Eran pocos los que renunciaban a la tentación de la exhibición virtuosa. Count Basie, tal vez, pero Basie no hubiera usado esos acordes, y si no se trataba de Basie, solo podía tratarse de Ellington.


EVIDENCE


Monk estuvo entre los que fundaron el bop. Tocaba con ellos. Estaba en los mismos lugares que ellos. Pero no era uno de ellos. Nunca toco exactamente en el estilo bebop y tampoco los músicos del bop entendieron del todo lo que el hacía. Y, a diferencia de la mayoría, no componía sus temas sobre la base de canciones populares de Brodway. Toco una y otra vez los temas que creó: en su caso, exactamente setenta y uno. Los veinte minutos de ensayos y tomas consecutivas de "Round midnight" incluidos en la versión completa de lo que grabó para Riverside sirven, en todo caso, para comprobar el valor de la improvisación en la música de Monk. Si bién a partir de los años 50 sus temas empezaron a ser tocados por otros músicos, la música de Monk aparecía en pleno solo cuando la tocaba él.Había allí una cualidad antígena. Los temas de Monk rechazaban los cuerpos extraños. Podía quedar de ellos la osadía armónica. La angularidad. Pero esa particular combinación entre disonancia, acento e imprevisibilidad que hacía que su música sonara siempre algo extraña, solo estaba en esas manos que contradecian toda tecnica preexistente, en el color particular de esas escalas truncas tcadas con tres dedos, en el peso del brazo izquierdo definiendo el timbre. La mirada tradicional suele caracterizar a Bill Evans como un colorista, como un artesano del sonido, y a Monk como alguien que tocaba a pesar del sonido. La dicotomía es solo aparente. Es cierto que uno y otro podrían situarse en polos opuestos de una busqueda. Pero la busqueda es la misma. Ni en Evans, ni en Monk, tomados como posibles paradigmas en la construcción de lo que todavía hoy es el jazz moderno, el sonido es algo casual. El timbre no es anterior a la interpretación y, en ambos, la factura de ese timbre es un rasgo constitutivo del estilo. A pianista Tommy Flanagan, a quién le gustaba tocar la música de Monk, le preguntaron una vez cual era su manera de interpretarla, "con cuidado", contesto.


BRILLIANT CORNERS


En 1958, Thelonious Monk, es elegido por la encuesta anual de críticos de la revista especializada Down Beat como mejor pianista, superando a Duke Ellington, Erroll Gardner, Oscar Peterson y Dave Bubreck. A partir de 1962, cuando firma su contrato con Columbia (un sello que a diferencia de Blue Note, Prestige o Riverside no editaba solamente jazz sino que era una verdadera compañia grande), se convierte en una estrella. En Estados Unidos surge una manía a su alrededor. Sus discos y giras se sceden una tras otra. Y Monk empieza a dar signos crecientes de locura. O a acentuar algunos de los rasgos excentricos que ya tenía. Igual, sencillamente se hacía el loco. El doctor Laurent Cox, al que alguna vez consultó su mujer, Nellie, argumentaba con más sentido común que ciencia que "alguien que se hace el loco, un poco loco tiene que estar". Nellie por su parte, ya en los últimos días de Thelonious, decía que ningún médico había dado en ninguna tecla (la metáfora pianistica y el parecido con el estilo de Monk, probablemente era involuntaria). Que Thelonious estaba bién, saludable y que nadie daba ninguna idea acerca de que hacer para sacarlo de lo que él, en alguna de las escasas oprtunidades en las que abría la boca, había definido como su "retiro". Es posible que a pesar de la fama que llego a tener, de que una revista como Time se ocupara de él y de que crítica y músicos lo entronizaran a partir de la década de 1950, Monk nunca se haya sentido conforme del todo. Tocar un mismo tema una y otra vez, en cada sesión y a traves de los años, parecía indicarlo. Como en otros casos su importancia no fué tan determinante para su época como para las siguientes. En la edad media se creía que la música era el reflejo en la tierra del sonido inaudible que producian las esferas al girar en el firmamento. En Staright No Cheaser (1988), la pelicula de Charlotte Zwerin, producida por Clint Eastwood y en su momento candidata al oscar en la categoría documental, Monk gira en un aeropuerto. Ese hombreal que sus padres pusieron esfera como segundo nombre, giraba como la misma música.

*Fuente Diego Fischerman - Escrito sobre música - Ed. Paidós.

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THELONIOUS MONK - ALONE IN SAN FRANCISCO (1959) - Riverside

1. Blue Monk (Monk) 3:47
2. Ruby, My Dear (Monk) 4:00
3. Round Lights (Monk) 3:37
4. Everything Happens to Me (Adair, Dennis) 5:40
5. You Took the Words Right Out of My Heart (Rainger, Robin) 4:05
6. Bluehawk (Monk) 3:40
7. Pannonica (Monk ) 3:54
8. Remember (Berlin) 2:44
9. There's Danger in Your Eyes, Cherie [Take 2] (Maskill, Richman, Wendling) 4:22
10. Reflections (Monk) 5:06

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