Durante los años treinta, Count Basie se hizo famoso como pianista de una exquisita simplicidad; era un pianista que sabía poner los acentos allí donde era necesario y dejar en silencio lo obvio. Art Tatum fue su contemporaneo y su estilo era la antítesis del de Basie. En el origen de ambos esta Fats Waller: Basie supo destilar y pulir el estilo de Fats, Tatum prefirió dilatarlo dándole una barroca suntuosidad. Mientras que con Basie el piano llegó a ser un instrumento sucinto, Tatum lo llevo a la apoteosis de una concepción concertística. Tatum es un solista completo para el más completo de los instrumentos. Su estilo basado en una técnica brillantísima y exhuberante, despertó la admiración de pianistas de tradición europea como Vladimir Horowitz y Serge Rachmaninoff. Las opiniones de los críticos de jazz sobre su arte son dispares: algunos han querido ver en sus variaciones una suerte de vacío inventivo apoyado en la técnica, y para otros ese dominio instrumental y armónico es la base ideal para la invención y desarrollo de las ideas. Originales o no, las ideas de Tatum eran muchas y estan claramente registradas en su copiosa discografía. Hay además en su modo de tocar el piano algunos aspectos inéditos en el jazz hasta su brillante debut, como el uso de los pedales, la construcción de sus solos, la audacia armónica y los cambios de tonalidad en medio de un solo. Art Tatum nació en Toledo (Ohio) en 1910 y estudió en el conservatorio de su ciudad; era casi totalmente ciego. Su debut en disco fue en 1933. A partir de 1953 y hasta 1955 el productor Norman Granz le hizo grabar 121 temas en solitario, que quedaron como un auténtico testamento artístico, estos temas están recogidos en los ocho volúmenes de la serie The Art Tatum Solo Masterpieces.
Art Tatum, ha quedado para la historia del jazz, como el mas impresionante pianista de todos los tiempos, y se le considera la figura de mayor relevancia entre prácticamente todos sus sucesores. Cualquier especialista del piano que lo escuchase hoy por primera vez, experimentará sin duda el mismo impacto que los que lo hicieron en los años treinta, y su influencia, a pesar de ser un músico clásico y no revolucionario, es incontestable en todas las generaciones de pianistas posteriores.
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