Cuando Yo Yo Ma decide interpretar a Piazzolla, el maestro había muerto hacía cinco años, algo que Yo Yo Ma siempre lamentará porque desde la primera vez que escuchó su música se propuso grabar con él, y si bien no pudo darse el gusto ello no impidió que gracias a la intervención del productor brasileño, Oscar Castro Neves, organizaran una grabación para el sello Sony, considerado por los expertos una obra maestra, a tal punto que según la opinión autorizada de Malvicino, “es el mejor disco de música de Piazzolla sin Piazzolla”.
Se trata de “Yo Yo Ma soul of the tango” (Alma de tango), una pieza discográfica que en Estados Unidos causó verdadero furor de ventas, al punto que desplazó durante dos o tres años a Standing Stone de Paul Mc Cartney. Una vez más el tango recibía en el extranjero un reconocimiento que en su tierra de origen no se lo otorgaban con tanta facilidad, por lo menos eso era lo que pensaba, entre otros, el propio Astor Piazzolla; quejas coincidentes con las que expresaran en diferentes momentos Carlos Gardel y Julio de Caro.
A Yo Yo Ma lo acompañó en esta verdadera obra de arte un plantel de músicos argentinos de primer nivel. Allí estuvieron entre otros, Héctor Console en contrabajo, el excepcional violinista Antonio Agri, Néstor Marconi en el bandoneón, Horacio Malvicino con guitarra y Leonardo Marconi y Gerardo Gandini en el piano. Fueron sesenta y tres minutos de grabación en tres escenarios diferentes donde todos tuvieron oportunidad de lucirse
El primer tema que grabaron fue “Libertango”, una creación que Piazzolla hizo en Italia en 1973 cuando accedió a seguir los consejos de sus colaboradores que le insistían en la necesidad de hacer temas más cortos para el gran público, una sugerencia que por primera vez en su carrera el maestro se dignó a atender. No se equivocó. Libertango, junto con un puñado de composiciones de esa época, fue una de sus principales cartas de presentación en Europa.
Yo Yo Ma, considerado con justicia unos de los grandes chelistas del mundo -para muchos el primero- asumió con responsabilidad el compromiso, motivo por el cual estudió al detalle las principales obras de Piazzolla. Malvicino, integrante de todas las iniciativas musicales de Piazzolla y, muy en particular, Alfredo Radoszynski, se preocuparon por hacerle llegar los principales textos del creador de “Adiós Nonino”. Por su parte, Jorge Calandrelli y el brasileño Sergio Assad se encargaron de adaptar las partituras. En 1999 este excelente compositor y pianista que es Calandrelli recibió el premio Grammy por su singular participación en el tema séptimo del álbum: “Tango Remebrances”
Yo Yo Ma prestó atención a una sesión grabada con tangos de Piazzolla que hiciera en París el maestro ruso Rostropovich, acompañado en la ocasión por la pianista argentina Susana Mendelevich y la mirada atenta del mismísimo Piazzolla. Provisto de esta valiosa información Yo Yo Ma salió airoso donde el violinista Gidón Kremer y el pianista Daniel Barenboim fracasaron o no estuvieron a la altura de las expectativas creadas, poniendo en evidencia una vez más su genio y ese singular talento que le permite captar en sus más sutiles variaciones la singularidad de una composición. Quienes lo conocen de siempre aseguran que en la biografía de Yo Yo Ma -nacido en China, educado en Francia y nacionalizado en Estados Unidos- está la clave de este universalismo estético, como han podido apreciar las más calificadas plateas del mundo.
Particular mención merece en este notable emprendimiento tanguero, el maestro Néstor Marconi, un bandeononista nacido hace casi setenta años a pocos kilómetros de Rosario, que se educó con los mejores maestros del bandoneón y que antes de cumplir 25 años ya había tocado con José Basso y con Francini y Pontier. Su itinerario artístico da cuenta de la propuesta estética de estos singulares creadores abiertos a las grandes novedades de su tiempo y firmemente plantados en las mejores tradiciones del género, tradiciones cuya expresión más elocuente en el bandoneón son Pedro Maffia, Aníbal Troilo y Pedro Laurenz, además, por supuesto, de Piazzolla.
Marconi fue uno de los animadores de esos dos grandes templos del tango que fueron el cabaret Marabú -el mismo donde Troilo se inició en 1937 y donde Carlos Di Sarli fuera la estrella estelar durante largos años- y el mítico Caño 14 de calle Talcahuano al 900, dirigido por Atilio Stampone, por donde desfilaron las grandes luminarias del tango de la segunda mitad del siglo pasado.
El tema número nueve de “Yo Yo Ma soul of the tango” es “Tres minutos con la realidad” y lo interpreta la pianista Kathryn Stott. Sobre la calidad de esta artista nada más oportuno que citar el comentario que en su momento hiciera Malvicino: “En cuarenta años ésta es la primera vez que escucho todas las notas”, un sobrio homenaje a alguien que, como dijera un critico cuando la oyó interpretar un tango, “parece argentina”.
*Manuel Adet - ellitoral.com
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¿Cuando tomó usted conocimiento de la música de Astor Piazzolla?
Comenzé a escuchar los discos de Piazzolla hace unos quince años y quedé de inmediato cautivado por su música. Cuando me enteré que tenía planeado hacer una visita a Boston con su sexteto, traté de conseguir localidades para el concierto, pero ya se habían agotado. Solo pude conseguir una, y se la regale a nuestra niñera en agradecimiento a su trabajo. Más tarde nos dijo que, en una conversación que tuvo entre bambalinas, descubrió que José Bragato, el chelista del sexteto, ¡era su tio abuelo!
Se trata de “Yo Yo Ma soul of the tango” (Alma de tango), una pieza discográfica que en Estados Unidos causó verdadero furor de ventas, al punto que desplazó durante dos o tres años a Standing Stone de Paul Mc Cartney. Una vez más el tango recibía en el extranjero un reconocimiento que en su tierra de origen no se lo otorgaban con tanta facilidad, por lo menos eso era lo que pensaba, entre otros, el propio Astor Piazzolla; quejas coincidentes con las que expresaran en diferentes momentos Carlos Gardel y Julio de Caro.
A Yo Yo Ma lo acompañó en esta verdadera obra de arte un plantel de músicos argentinos de primer nivel. Allí estuvieron entre otros, Héctor Console en contrabajo, el excepcional violinista Antonio Agri, Néstor Marconi en el bandoneón, Horacio Malvicino con guitarra y Leonardo Marconi y Gerardo Gandini en el piano. Fueron sesenta y tres minutos de grabación en tres escenarios diferentes donde todos tuvieron oportunidad de lucirse
El primer tema que grabaron fue “Libertango”, una creación que Piazzolla hizo en Italia en 1973 cuando accedió a seguir los consejos de sus colaboradores que le insistían en la necesidad de hacer temas más cortos para el gran público, una sugerencia que por primera vez en su carrera el maestro se dignó a atender. No se equivocó. Libertango, junto con un puñado de composiciones de esa época, fue una de sus principales cartas de presentación en Europa.
Yo Yo Ma, considerado con justicia unos de los grandes chelistas del mundo -para muchos el primero- asumió con responsabilidad el compromiso, motivo por el cual estudió al detalle las principales obras de Piazzolla. Malvicino, integrante de todas las iniciativas musicales de Piazzolla y, muy en particular, Alfredo Radoszynski, se preocuparon por hacerle llegar los principales textos del creador de “Adiós Nonino”. Por su parte, Jorge Calandrelli y el brasileño Sergio Assad se encargaron de adaptar las partituras. En 1999 este excelente compositor y pianista que es Calandrelli recibió el premio Grammy por su singular participación en el tema séptimo del álbum: “Tango Remebrances”
Yo Yo Ma prestó atención a una sesión grabada con tangos de Piazzolla que hiciera en París el maestro ruso Rostropovich, acompañado en la ocasión por la pianista argentina Susana Mendelevich y la mirada atenta del mismísimo Piazzolla. Provisto de esta valiosa información Yo Yo Ma salió airoso donde el violinista Gidón Kremer y el pianista Daniel Barenboim fracasaron o no estuvieron a la altura de las expectativas creadas, poniendo en evidencia una vez más su genio y ese singular talento que le permite captar en sus más sutiles variaciones la singularidad de una composición. Quienes lo conocen de siempre aseguran que en la biografía de Yo Yo Ma -nacido en China, educado en Francia y nacionalizado en Estados Unidos- está la clave de este universalismo estético, como han podido apreciar las más calificadas plateas del mundo.
Particular mención merece en este notable emprendimiento tanguero, el maestro Néstor Marconi, un bandeononista nacido hace casi setenta años a pocos kilómetros de Rosario, que se educó con los mejores maestros del bandoneón y que antes de cumplir 25 años ya había tocado con José Basso y con Francini y Pontier. Su itinerario artístico da cuenta de la propuesta estética de estos singulares creadores abiertos a las grandes novedades de su tiempo y firmemente plantados en las mejores tradiciones del género, tradiciones cuya expresión más elocuente en el bandoneón son Pedro Maffia, Aníbal Troilo y Pedro Laurenz, además, por supuesto, de Piazzolla.
Marconi fue uno de los animadores de esos dos grandes templos del tango que fueron el cabaret Marabú -el mismo donde Troilo se inició en 1937 y donde Carlos Di Sarli fuera la estrella estelar durante largos años- y el mítico Caño 14 de calle Talcahuano al 900, dirigido por Atilio Stampone, por donde desfilaron las grandes luminarias del tango de la segunda mitad del siglo pasado.
El tema número nueve de “Yo Yo Ma soul of the tango” es “Tres minutos con la realidad” y lo interpreta la pianista Kathryn Stott. Sobre la calidad de esta artista nada más oportuno que citar el comentario que en su momento hiciera Malvicino: “En cuarenta años ésta es la primera vez que escucho todas las notas”, un sobrio homenaje a alguien que, como dijera un critico cuando la oyó interpretar un tango, “parece argentina”.
*Manuel Adet - ellitoral.com
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¿Cuando tomó usted conocimiento de la música de Astor Piazzolla?
Comenzé a escuchar los discos de Piazzolla hace unos quince años y quedé de inmediato cautivado por su música. Cuando me enteré que tenía planeado hacer una visita a Boston con su sexteto, traté de conseguir localidades para el concierto, pero ya se habían agotado. Solo pude conseguir una, y se la regale a nuestra niñera en agradecimiento a su trabajo. Más tarde nos dijo que, en una conversación que tuvo entre bambalinas, descubrió que José Bragato, el chelista del sexteto, ¡era su tio abuelo!
¿Existe un sonido Piazzolla?
La música de Piazzolla tiene una pasión infinita, está llena de anhelo, y al mismo tiempo es tremendamente contemporanea. Se dice que Astor Piazzolla es el Duke Ellinton de la Argentina, y en cierto sentido es cierto. Al habitar su música, llevó al tango a otro nivel. La música fué creciendo dentro suyo, e incorporó apropiadamente las influencias de los diversos ambientes que lo rodearon, ya fuera Nueva York, París o Buenos Aires.
Durante los casi cincuenta años en que trabajó su música, Astor Piazzolla intentó variantes muy diversas, ¡hasta tuvo un conjunto electronico! Debido a su experimentación, y también a su ingenio, concentración y laboriosidad, su música se expresa en multiples niveles y posee una enorme profundidad. Es una verdadera síntesis exitosa del tango y de lo contemporaneo.
Piazzolla no solo fué un compositor sino también un ejecutante. ¿cómo siente estos dos aspectos de su labor?
En un mundo ideal, los compositores serían así mismo ejecutantes, como lo fué Piazzolla; tendrían actuaciones diurnas y nocturnas y verían la interacción evidente que se da entre quienes están entre el escenario y el público. Cuando la inspiración proviene de esas experiencias se suma al instinto del compositor, los resultados son magníficos. Creo que Piazzolla tenía un oido sorprendente para los estilos musicales y combinó los estilos elegidos - el jazz, Bartock, Stravinsky- integrandolos en una fusión indisoluble, una voz muy personal y apasionada.
¿Piensa usted que Astor Piazzolla ejerce una influencia importante en la música del siglo XX?
El tango de Piazzolla ya no pertenece únicamente a la Argentina, se ha transformado en una música internacional en el autentico sentido de la palabra. Tuve la gran fortuna de escuchar el primer ensayo que hizo Piazzolla de "Le Grand Tango" con Slava Rostropovich. Slava se dirigía a él en ingles con su fuerte acento ruso, y Piazzolla le contestaba con su muy urbano acento norteamericano. A pesar del contraste de sus respectivas voces, "LE Grand Tango" servía de medio para una voz común.
LA música y la obra de Piazzolla continuarán inspirando a muchas clases de músicos y serán una influencia importante en la música del siglo XXI. "Le Grand Tango" es una obra importante, muy, muy importante.
*Yo Yo Ma en una entrevista con Maria Susana Azzi, agosto de 1999.
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YO YO MA - THE SOUL OF TANGO - SONY - 1997
musicos :
Edwin Barker, Hector Console, Yo-Yo Ma, Horacio Malvicino, Odair Assad, Oscar Castro-Neves, Sergio Assad, Frank Corliss, Gerardo Gandini, Kathryn Stott, Leonardo Marconi, Antonio Agri
Composer : Jorge Calandrelli, Astor Piazzolla
Release Date : October 2, 1997)
Number of Discs : 1
Label : Sony
temas:
1. Libertango
2. Andante and Allegro from Tango Suite/Andante
3. Andante and Allegro from Tango Suite/Allegro
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YO YO MA - THE SOUL OF TANGO - SONY - 1997
musicos :
Edwin Barker, Hector Console, Yo-Yo Ma, Horacio Malvicino, Odair Assad, Oscar Castro-Neves, Sergio Assad, Frank Corliss, Gerardo Gandini, Kathryn Stott, Leonardo Marconi, Antonio Agri
Composer : Jorge Calandrelli, Astor Piazzolla
Release Date : October 2, 1997)
Number of Discs : 1
Label : Sony
temas:
1. Libertango
2. Andante and Allegro from Tango Suite/Andante
3. Andante and Allegro from Tango Suite/Allegro
4. Regreso al amor, from Solana\'s movie \"Sur\"
5. Le Grand Tango
6. Fugata
7. Tango Remembrances
6. Fugata
7. Tango Remembrances
8. Mumuki
9. Tres minutos con la realidad
9. Tres minutos con la realidad
10. Milonga del angel
11. Cafe 1930
11. Cafe 1930
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