«Si quieres contar la verdad de lo que pasó, lo cierto es que cuando llegué allí empecé a hacer cosas que eran realmente inusuales».
Ray Charles se refería así su primer proyecto para ABC-Paramount. El sello había realizado una fuerte inversión en Charles, que hasta su salida de Atlantic Records era conocido únicamente como estrella del rhythm and blues. «ABC me contrató porque querían un artista de rhythm and blues en su sello, pero cuando llegué empecé a hacer cosas como «Georgia on My Mind», que nadie creía que pudieran funcionar», dice.
En la distancia Charles ve Genius + Soul = Jazz como otro paso liberador propiciado por su generoso acuerdo con ABC-Paramount: la oportunidad de superar los límites de un género musical específico y demostrar su competencia en diferentes estilos. Sus dos primeros discos para ABC fueron temáticos, con versiones de canciones que hablaban respectivamente de unos lugares y de unas mujeres concretas.
«Entonces hice Genius + Soul = Jazz. He de decir que no tuve ningún problema. A veces me decían: «Ray, creemos que estás arruinando tu carrera. Quieres hacer esto, quieres hacer aquello. Vas a perder un montón de seguidores». Mi postura era: «Puede que pierda un montón de seguidores, pero creo que voy a ganar más todavía».
El desafío, subrayado por el pianista Dick Katz en el texto que escribió para incluir en el disco, consistía en presentar a Charles de manera convincente como instrumentista de jazz (léase improvisador) y como compositor (en formato de gran orquesta). «»Ray también puede hacer jazz»», recuerda Charles que decía el texto, y comenta: «Sí, se trataba precisamente de eso». Para lograrlo, pasó de su habitual piano eléctrico Fender Rhodes al órgano Hammond, que sonaba más eclesiástico, acompañado por la banda de Count Basie. Decidió tocar temas originales y unas pocas versiones animadas por los potentes arreglos de Quincy Jones y Ralph Burns, con mucho espacio reservado a las improvisaciones de Charles y unos pocos reputados solistas de jazz.
«Teníamos entre otros solistas a Clark Ferry y Phil Woods, la voz de Ray Charles, Quincy y la banda de Basie». Para el habitualmente sosegado Creed Taylor, era una fórmula llamada al éxito que todavía resulta excitante. «¿De qué tenía que preocuparme? Era el momento de lograr algo mágico, pero sin necesidad de limitarse [a un] formato de 45 rpm para lograr un éxito».
De hecho, la sesión deparó un disco sencillo que llegó a las listas de éxitos, una juguetona versión instrumental de una conocida canción para grupo vocal, «One Mint Julep» (Un julepe de menta). En 1952 había alcanzado el número 2 en las listas de rhythm and blues con The Clovers en el joven sello Atlantic; casi diez años después, como Impulse 800, alcanzó el número 8 en las listas de discos sencillos de pop. La idea de añadir un breve texto a la música fue de Taylor.
«¿Conoce ese breve break vocal en «One Mint Julep»?8 Como blanco que soy le dije: «Ray, cuando llegues a ese compás, por qué no dices «Just a little bit of soda» (Un poco de soda) con el julepe de menta?» Lo hizo, pero suena como «Just a little bit of soul, now» (Y ahora un poco de soul). ¡Casi lo mismo que soda!»
Ray era muy tranquilo. Nada resultó complicado. No se portó como un artista en ningún momento. Y por supuesto lo hizo todo con el Hammond B-3. Estoy seguro de que ya lo había tocado antes alguna vez, pero no recuerdo en cuál de los muchos discos en los que intervino. Si escuchas su sonido con el Hammond B-3, no es igual que el sonido de órgano tan popular en aquellos años. Rudy [Van Gelder] se ocupó del Hammond y le hizo algunas cosas muy especiales de modo que el ataque resultaba distinto. No sonaba así en otros estudios».
Charles asiente, y recuerda que ese día el Hammond tenía un problema. «Pero el público no sabía que aquel aparato distorsionaba. Si prestas atención a lo que toco puedes oírlo, te das cuenta. Pero eso no es lo importante, sino la magia de la música, tío, que consigue que pase incluso desapercibido». Y Charles sigue agradecido a Van Gelder por su colaboración.
«Una de las cosas que creo que hicieron tan estupendo a ese disco fue el sonido del estudio. Tenía un sonido estupendo. Me costó tres horas encontrar el maldito estudio. Condujimos dando vueltas por todas partes porque está metido dentro del bosque, ¿sabes?»
Quincy Jones recuerda que tuvo que coger un avión para acudir a la sesión. «Aquello estaba en la nieve. Acababa de pasar diez meses en Europa con mi banda, sin poder regresar, y estaba trabajando en el Birdhouse de Chicago, así que vine y me fui a Jersey [el estudio de Van Gelder en Englewood Cliffs, Nueva Jersey], y escribí un arreglo para «Mint Julep» en la camioneta [risas]. Ese fue [el tema] que acaparó toda la atención. No lo olvidaré nunca porque fue cuando Ray me atrajo hacia las corcheas, de verdad. Cogimos un arreglo de jazz y lo escribimos en corcheas».
¿Era un verdadero disco de jazz?
«Bueno, el estilo de corcheas no es exactamente la antítesis del swing. Pero de algún modo lo es porque se aleja del estilo de una nota por tiempo [compás de 4/4]. [El disco] estaba basado en realidad en el rhythm and blues de la época, todo eso llegó justo después de las grandes orquestas y el bebop».
Además del exitoso tema publicado como disco sencillo, Genius + Soul incluía material diverso: un blues de Basie («I’m Gonna Move to the Outskirts of Town»), gospel hardbop («Moanin’», de Bobby Timmons), temas vocales con orquesta («I’ve Got News for You», un blues basado en un solo de Charlie Parker popularizado por Woody Herman), y una serie de composiciones del propio Charles, entre ellas la bulliciosa y patriótica «Let’s Go!» (que incluye un frenético solo de saxofón de Frank Foster y una cita de la sintonía de la emisora NBC —Si-Mi-Do— al finalizar).
En última instancia, Genius + Soul reportó un provecho sustancioso al recién nacido Impulse, fue el cuarto elepé mejor valorado en las listas de éxitos de Charles y proporcionó a la estrella del rhythm and blues la confianza necesaria para intentar un insólito salto entre géneros en su siguiente disco para ABC-Paramount.
«Después hice un disco country [Modern Sounds in Country & Western Music, 1962] que nadie creyó que pudiera funcionar. Pero ¿acaso sabía que [Genius + Soul] iba a ser un éxito? Nunca pienso en la música bajo esa perspectiva. Nunca lo he hecho, tío. Siempre he querido hacer la música lo mejor posible por sí misma. Luego, si tiene suficiente fortuna como para convertirse en un éxito, pues fantástico. Debes recordar que he hecho un montón de música que no ha sido un éxito —abre comillas y cierra comillas— pero era música rematadamente buena que puedo seguir escuchando hoy en día».
Ray Charles se refería así su primer proyecto para ABC-Paramount. El sello había realizado una fuerte inversión en Charles, que hasta su salida de Atlantic Records era conocido únicamente como estrella del rhythm and blues. «ABC me contrató porque querían un artista de rhythm and blues en su sello, pero cuando llegué empecé a hacer cosas como «Georgia on My Mind», que nadie creía que pudieran funcionar», dice.
En la distancia Charles ve Genius + Soul = Jazz como otro paso liberador propiciado por su generoso acuerdo con ABC-Paramount: la oportunidad de superar los límites de un género musical específico y demostrar su competencia en diferentes estilos. Sus dos primeros discos para ABC fueron temáticos, con versiones de canciones que hablaban respectivamente de unos lugares y de unas mujeres concretas.
«Entonces hice Genius + Soul = Jazz. He de decir que no tuve ningún problema. A veces me decían: «Ray, creemos que estás arruinando tu carrera. Quieres hacer esto, quieres hacer aquello. Vas a perder un montón de seguidores». Mi postura era: «Puede que pierda un montón de seguidores, pero creo que voy a ganar más todavía».
El desafío, subrayado por el pianista Dick Katz en el texto que escribió para incluir en el disco, consistía en presentar a Charles de manera convincente como instrumentista de jazz (léase improvisador) y como compositor (en formato de gran orquesta). «»Ray también puede hacer jazz»», recuerda Charles que decía el texto, y comenta: «Sí, se trataba precisamente de eso». Para lograrlo, pasó de su habitual piano eléctrico Fender Rhodes al órgano Hammond, que sonaba más eclesiástico, acompañado por la banda de Count Basie. Decidió tocar temas originales y unas pocas versiones animadas por los potentes arreglos de Quincy Jones y Ralph Burns, con mucho espacio reservado a las improvisaciones de Charles y unos pocos reputados solistas de jazz.
«Teníamos entre otros solistas a Clark Ferry y Phil Woods, la voz de Ray Charles, Quincy y la banda de Basie». Para el habitualmente sosegado Creed Taylor, era una fórmula llamada al éxito que todavía resulta excitante. «¿De qué tenía que preocuparme? Era el momento de lograr algo mágico, pero sin necesidad de limitarse [a un] formato de 45 rpm para lograr un éxito».
De hecho, la sesión deparó un disco sencillo que llegó a las listas de éxitos, una juguetona versión instrumental de una conocida canción para grupo vocal, «One Mint Julep» (Un julepe de menta). En 1952 había alcanzado el número 2 en las listas de rhythm and blues con The Clovers en el joven sello Atlantic; casi diez años después, como Impulse 800, alcanzó el número 8 en las listas de discos sencillos de pop. La idea de añadir un breve texto a la música fue de Taylor.
«¿Conoce ese breve break vocal en «One Mint Julep»?8 Como blanco que soy le dije: «Ray, cuando llegues a ese compás, por qué no dices «Just a little bit of soda» (Un poco de soda) con el julepe de menta?» Lo hizo, pero suena como «Just a little bit of soul, now» (Y ahora un poco de soul). ¡Casi lo mismo que soda!»
Ray era muy tranquilo. Nada resultó complicado. No se portó como un artista en ningún momento. Y por supuesto lo hizo todo con el Hammond B-3. Estoy seguro de que ya lo había tocado antes alguna vez, pero no recuerdo en cuál de los muchos discos en los que intervino. Si escuchas su sonido con el Hammond B-3, no es igual que el sonido de órgano tan popular en aquellos años. Rudy [Van Gelder] se ocupó del Hammond y le hizo algunas cosas muy especiales de modo que el ataque resultaba distinto. No sonaba así en otros estudios».
Charles asiente, y recuerda que ese día el Hammond tenía un problema. «Pero el público no sabía que aquel aparato distorsionaba. Si prestas atención a lo que toco puedes oírlo, te das cuenta. Pero eso no es lo importante, sino la magia de la música, tío, que consigue que pase incluso desapercibido». Y Charles sigue agradecido a Van Gelder por su colaboración.
«Una de las cosas que creo que hicieron tan estupendo a ese disco fue el sonido del estudio. Tenía un sonido estupendo. Me costó tres horas encontrar el maldito estudio. Condujimos dando vueltas por todas partes porque está metido dentro del bosque, ¿sabes?»
Quincy Jones recuerda que tuvo que coger un avión para acudir a la sesión. «Aquello estaba en la nieve. Acababa de pasar diez meses en Europa con mi banda, sin poder regresar, y estaba trabajando en el Birdhouse de Chicago, así que vine y me fui a Jersey [el estudio de Van Gelder en Englewood Cliffs, Nueva Jersey], y escribí un arreglo para «Mint Julep» en la camioneta [risas]. Ese fue [el tema] que acaparó toda la atención. No lo olvidaré nunca porque fue cuando Ray me atrajo hacia las corcheas, de verdad. Cogimos un arreglo de jazz y lo escribimos en corcheas».
¿Era un verdadero disco de jazz?
«Bueno, el estilo de corcheas no es exactamente la antítesis del swing. Pero de algún modo lo es porque se aleja del estilo de una nota por tiempo [compás de 4/4]. [El disco] estaba basado en realidad en el rhythm and blues de la época, todo eso llegó justo después de las grandes orquestas y el bebop».
Además del exitoso tema publicado como disco sencillo, Genius + Soul incluía material diverso: un blues de Basie («I’m Gonna Move to the Outskirts of Town»), gospel hardbop («Moanin’», de Bobby Timmons), temas vocales con orquesta («I’ve Got News for You», un blues basado en un solo de Charlie Parker popularizado por Woody Herman), y una serie de composiciones del propio Charles, entre ellas la bulliciosa y patriótica «Let’s Go!» (que incluye un frenético solo de saxofón de Frank Foster y una cita de la sintonía de la emisora NBC —Si-Mi-Do— al finalizar).
En última instancia, Genius + Soul reportó un provecho sustancioso al recién nacido Impulse, fue el cuarto elepé mejor valorado en las listas de éxitos de Charles y proporcionó a la estrella del rhythm and blues la confianza necesaria para intentar un insólito salto entre géneros en su siguiente disco para ABC-Paramount.
«Después hice un disco country [Modern Sounds in Country & Western Music, 1962] que nadie creyó que pudiera funcionar. Pero ¿acaso sabía que [Genius + Soul] iba a ser un éxito? Nunca pienso en la música bajo esa perspectiva. Nunca lo he hecho, tío. Siempre he querido hacer la música lo mejor posible por sí misma. Luego, si tiene suficiente fortuna como para convertirse en un éxito, pues fantástico. Debes recordar que he hecho un montón de música que no ha sido un éxito —abre comillas y cierra comillas— pero era música rematadamente buena que puedo seguir escuchando hoy en día».
*Fuente Ashley Kahn - Impulse Records - El sello que Coltrane impulsó - Ed. Globalryhtm
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Ray Charles / Genius + Soul = Jazz / Impulse A(S)-3
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Ray Charles / Genius + Soul = Jazz / Impulse A(S)-3
FECHA DE GRABACIÓN: 26 y 27 de diciembre de 1960
FECHA DE EDICIÓN: Febrero de 1961 PRODUCTOR: Creed Taylor
1. From the heart
2. I've got news for you
3. Moanin'
4. Let's go
5.One mint julep
6. I'm gonna move to the outskirts of the town
7. Stompin' room only
8. Mr. C
9. Strike up the band
10. Birth of the blues
11. Alabamy bound
12. Basin street blues
13. New york's my home
FECHA DE EDICIÓN: Febrero de 1961 PRODUCTOR: Creed Taylor
1. From the heart
2. I've got news for you
3. Moanin'
4. Let's go
5.One mint julep
6. I'm gonna move to the outskirts of the town
7. Stompin' room only
8. Mr. C
9. Strike up the band
10. Birth of the blues
11. Alabamy bound
12. Basin street blues
13. New york's my home
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