Para Creed Taylor, el debut de Coltrane en Impulse era un plan inspirado: «Desde luego creía que la idea de la orquesta era buena, por todos los colores con los que podían jugar a partir del tema».
Para Freddie Hubbard era más una cuestión de ritmo que de cualquier otra cosa: «Todo lo que recuerdo era el groove. Él no estaba muy interesado por las composiciones del disco. «Greensleeves» fue la que todo el mundo se puso a escuchar, pero la cosa era sencillamente el groove. Él quería ese sonido africano».
Para el propio Coltrane, todo empezó en su casa: «Tenía un disco africano donde cantaban esos ritmos, algunos ritmos nativos, así que cogí varios de ellos y se los pasé al contrabajista y a Elvin [Jones]… McCoy [Tyner] se las arregló para encontrar los acordes adecuados… Y yo tuve que construir la melodía para seguirles».
Los dos días de grabación de Africa/Brass a mediados de 1961 fueron una reunión: el feliz regreso de Coltrane a trabajar con Rudy Van Gelder, en su nuevo estudio de Englewood Cliffs, Nueva Jersey, y — como puntualiza Taylor — una inusual extravagancia. Coltrane se encontró con la ocasión de aumentar la plantilla de su grupo (utilizó hasta diecisiete músicos en algunas tomas) y se valió del estudio como taller y lugar de ensayo.
«No había restricciones», recuerda Tyner. «Los ensayos tenían lugar en el estudio. La mayor parte de las cosas de este disco sucedieron en el estudio».
Pero el día de la grabación faltaba un ingrediente importante. «Oliver Nelson tenía que participar, pero pasó algo», recuerda Taylor. Aunque el trompetista y líder Cal
Massey, antiguo amigo de Coltrane en Filadelfia, aportó algunos temas (especialmente «The Damned Don’t Cry», grabado pero no incluido en el elepé original) y también lo hizo Tyner, la falta de partituras y arreglos era lamentable. Hasta que llegó Eric Dolphy.
«Eric Dolphy era inmensamente original y talentoso, estaba en paz consigo mismo y con el mundo, pero no hablaba demasiado», recuerda Taylor, al comentar cómo el multiistrumentista, que pronto formaría parte del grupo de Coltrane, orquestó la música sobre la marcha.
«Me da un poco de vergüenza, visto con perspectiva, no haber caído inmediatamente y haber dicho: «¡Caramba!» Yo había escuchado a Eric y pensaba: «Este disco va a ser realmente algo extraño, pero de todas maneras vamos a ir a por todas». Eric era tan avanzado que me costó entender de qué iba aquello. Tiene que recordar cuánto tiempo hace de eso. Avanzado armónicamente y melódicamente intrincado. ¿Qué diablos está haciendo? ¡Suena como si volviera Stravinski convertido en música de jazz! O los cuartetos de cuerda de Bartók. Aunque muchos críticos y entendidos sabían de Eric Dolphy; yo nunca llegué a conocerle demasiado bien, y sólo lo traté durante esas sesiones».
Tyner cree que todavía es necesario aclarar la contribución de Dolphy al disco.
«Suele decirse que Dolphy escribió los arreglos, y no es correcto. Yo escribí el arreglo de «Greensleeves» y Eric simplemente miró mis armonizaciones en el piano, lo que estaba tocando por debajo de la melodía de «Africa». Dijo: «Caramba, ¿qué estás haciendo?» Así que se lo enseñé y él lo orquestó.
Hubbard, que durante las sesiones se sentó en la sección de metales al lado de colegas como Booker Little (trompeta), Julius Watkins (trompa) y Bill Barber (tuba), proporciona más información.
«Recuerdo que Eric hizo los arreglos y que nos hizo tocar la melodía africana con los vientos. Yo sólo tocaba acompañamientos y escuchaba. No quise hacer solos ni nada de eso. Recuerdo que había dos contrabajistas, Richard Davis y Jimmy Garrison.
«Entonces Coltrane no estaba tocando tan abierto. Pero tenía mucha energía, tío, porque él y Eric Dolphy bebían miel directamente del tarro. Comían semillas de girasol y pasas. Estaban rebosantes de energía. Yo le dije: «¡Tío, vas a pillar diabetes o algo así, tío! ¿Te tomas la miel a palo seco?»»
Desde su lanzamiento, Africa/Brass dejó a los críticos descolocados, como sucedía a menudo con la música de Coltrane. Fue elogiado, pero con condiciones. «Que nadie busque aquí desarrollos melódicos o alguna clase de orden técnico o de lógica, porque no encontrará nada de eso», se quejaba Martin Williams en Down Beat.
Pero conforme pasaron los años, una nueva generación de aficionados encontró algo más importante en el primer disco Impulse de Coltrane: un portal hacia la profunda emocionalidad de su música.
«En 1965 estábamos de gira, en algún lugar del Medio Oeste, promocionando el disco Mr. Tambourine Man», recuerda Roger McGuinn, guitarrista y cantante fundador de los Birds. «[El guitarrista y cantante] David Crosby tenía un amigo que nos invitó a su casa. Tenía el disco de Coltrane que incluía «Africa». Me quedé anonadado. Había escuchado cosas del tipo de Dave Brubeck, pero nunca nada tan atrevido. Sentí un auténtico dolor en el pecho. No era un ataque al corazón, ni tampoco flato, era como un dolor emocional, como si se abriera un nuevo espacio emocional. Al principio dolía, pero luego me gustó».
«Nunca escuchamos a Coltrane en directo desde que la banda se puso en marcha, así que dependíamos de los discos», recuerda Phil Lesh, de The Grateful Dead. «Sobre todo era Africa/Brass. [El batería] Billy [Kreutzmann] estaba realmente prendado del solo de batería de Elvin en «Africa»; para los otros muchachos, lo que contaba era sobre todo el tema en su conjunto y la manera en que se desarrollaba, el uso de los vientos y cosas como esa. Y luego, simplemente por la calidad de la forma de tocar de Trane, «Blues Minor» es una de mis favoritas».
Para Freddie Hubbard era más una cuestión de ritmo que de cualquier otra cosa: «Todo lo que recuerdo era el groove. Él no estaba muy interesado por las composiciones del disco. «Greensleeves» fue la que todo el mundo se puso a escuchar, pero la cosa era sencillamente el groove. Él quería ese sonido africano».
Para el propio Coltrane, todo empezó en su casa: «Tenía un disco africano donde cantaban esos ritmos, algunos ritmos nativos, así que cogí varios de ellos y se los pasé al contrabajista y a Elvin [Jones]… McCoy [Tyner] se las arregló para encontrar los acordes adecuados… Y yo tuve que construir la melodía para seguirles».
Los dos días de grabación de Africa/Brass a mediados de 1961 fueron una reunión: el feliz regreso de Coltrane a trabajar con Rudy Van Gelder, en su nuevo estudio de Englewood Cliffs, Nueva Jersey, y — como puntualiza Taylor — una inusual extravagancia. Coltrane se encontró con la ocasión de aumentar la plantilla de su grupo (utilizó hasta diecisiete músicos en algunas tomas) y se valió del estudio como taller y lugar de ensayo.
«No había restricciones», recuerda Tyner. «Los ensayos tenían lugar en el estudio. La mayor parte de las cosas de este disco sucedieron en el estudio».
Pero el día de la grabación faltaba un ingrediente importante. «Oliver Nelson tenía que participar, pero pasó algo», recuerda Taylor. Aunque el trompetista y líder Cal
Massey, antiguo amigo de Coltrane en Filadelfia, aportó algunos temas (especialmente «The Damned Don’t Cry», grabado pero no incluido en el elepé original) y también lo hizo Tyner, la falta de partituras y arreglos era lamentable. Hasta que llegó Eric Dolphy.
«Eric Dolphy era inmensamente original y talentoso, estaba en paz consigo mismo y con el mundo, pero no hablaba demasiado», recuerda Taylor, al comentar cómo el multiistrumentista, que pronto formaría parte del grupo de Coltrane, orquestó la música sobre la marcha.
«Me da un poco de vergüenza, visto con perspectiva, no haber caído inmediatamente y haber dicho: «¡Caramba!» Yo había escuchado a Eric y pensaba: «Este disco va a ser realmente algo extraño, pero de todas maneras vamos a ir a por todas». Eric era tan avanzado que me costó entender de qué iba aquello. Tiene que recordar cuánto tiempo hace de eso. Avanzado armónicamente y melódicamente intrincado. ¿Qué diablos está haciendo? ¡Suena como si volviera Stravinski convertido en música de jazz! O los cuartetos de cuerda de Bartók. Aunque muchos críticos y entendidos sabían de Eric Dolphy; yo nunca llegué a conocerle demasiado bien, y sólo lo traté durante esas sesiones».
Tyner cree que todavía es necesario aclarar la contribución de Dolphy al disco.
«Suele decirse que Dolphy escribió los arreglos, y no es correcto. Yo escribí el arreglo de «Greensleeves» y Eric simplemente miró mis armonizaciones en el piano, lo que estaba tocando por debajo de la melodía de «Africa». Dijo: «Caramba, ¿qué estás haciendo?» Así que se lo enseñé y él lo orquestó.
Hubbard, que durante las sesiones se sentó en la sección de metales al lado de colegas como Booker Little (trompeta), Julius Watkins (trompa) y Bill Barber (tuba), proporciona más información.
«Recuerdo que Eric hizo los arreglos y que nos hizo tocar la melodía africana con los vientos. Yo sólo tocaba acompañamientos y escuchaba. No quise hacer solos ni nada de eso. Recuerdo que había dos contrabajistas, Richard Davis y Jimmy Garrison.
«Entonces Coltrane no estaba tocando tan abierto. Pero tenía mucha energía, tío, porque él y Eric Dolphy bebían miel directamente del tarro. Comían semillas de girasol y pasas. Estaban rebosantes de energía. Yo le dije: «¡Tío, vas a pillar diabetes o algo así, tío! ¿Te tomas la miel a palo seco?»»
Desde su lanzamiento, Africa/Brass dejó a los críticos descolocados, como sucedía a menudo con la música de Coltrane. Fue elogiado, pero con condiciones. «Que nadie busque aquí desarrollos melódicos o alguna clase de orden técnico o de lógica, porque no encontrará nada de eso», se quejaba Martin Williams en Down Beat.
Pero conforme pasaron los años, una nueva generación de aficionados encontró algo más importante en el primer disco Impulse de Coltrane: un portal hacia la profunda emocionalidad de su música.
«En 1965 estábamos de gira, en algún lugar del Medio Oeste, promocionando el disco Mr. Tambourine Man», recuerda Roger McGuinn, guitarrista y cantante fundador de los Birds. «[El guitarrista y cantante] David Crosby tenía un amigo que nos invitó a su casa. Tenía el disco de Coltrane que incluía «Africa». Me quedé anonadado. Había escuchado cosas del tipo de Dave Brubeck, pero nunca nada tan atrevido. Sentí un auténtico dolor en el pecho. No era un ataque al corazón, ni tampoco flato, era como un dolor emocional, como si se abriera un nuevo espacio emocional. Al principio dolía, pero luego me gustó».
«Nunca escuchamos a Coltrane en directo desde que la banda se puso en marcha, así que dependíamos de los discos», recuerda Phil Lesh, de The Grateful Dead. «Sobre todo era Africa/Brass. [El batería] Billy [Kreutzmann] estaba realmente prendado del solo de batería de Elvin en «Africa»; para los otros muchachos, lo que contaba era sobre todo el tema en su conjunto y la manera en que se desarrollaba, el uso de los vientos y cosas como esa. Y luego, simplemente por la calidad de la forma de tocar de Trane, «Blues Minor» es una de mis favoritas».
*Fuente Ashley Kahn - Impulse, el sello que Coltrane impulsó - Ed. Globalrythm
JOHN COLTRANE - AFRICA BRASS - IMPULSE A(S)6
1.Africa, John Coltrane
2.Greensleeves, Traditional
3.Blues Minor, John Coltrane
4.Song Of The Underground Railroad, Traditional
5.Greensleeves, Traditional
6.Africa, John Coltrane
John Coltrane tenor and soprano sax
Eric Dolphy alto sax ,bass clarinet, and flute
McCoy Tyner piano
Paul Chambers bass
Reggie Workman bass
Art Davis bass,
Elvin Jones drums,
Booker Little trumpet
Freddie Hubbard trumpet
Julian Priester trombone
Charles Greenlee trombone
Britt Woodman trombone
Carl Bowman euphonium
Julius Watkins french horn
Bob Northern french horn
Robert Swissel french horn
Bill Barber tuba ,Pat Patrick reeds
FECHA DE GRABACIÓN: 23 de mayo y 4 de junio de 1961
FECHA DE EDICIÓN: Noviembre de 1961 P
RODUCTOR: Creed Taylor
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