«El título fue mío… Si el blues es una verdad, ¿por qué no añadir entonces «the abstract truth» [la verdad abstracta]? El artículo «the» (el) estaba supuestamente allí: «El Blues», ¿sabe usted? Era como si, y perdón por la expresión, nuestros hermanos blancos hubieran dejado caer el artículo «el». Una vez más, la idea funcionó». Creed Taylor, familiarizado con las grabaciones a nombre de Oliver Nelson en Prestige, se sentía atraído por un aspecto inusual de la personalidad del saxofonista.
«Oliver era tan elocuente que podía hablar de un montón de cosas. Tenía formación en historia de la música, clásica o de cualquier otro tipo. Ambos compartíamos la misma afición, los trenes en miniatura. Oliver había construido en su sótano un campo de tala y yo había construido en el mío la línea de ferrocarril Norfolk & Western, que llegaba desde Norfolk hasta Columbus, en Ohio. Trenes de carbón, no Coltrane.(1) Oliver y yo teníamos muchas cosas en común, lo que nos permitía hablar cómodamente sobre música».
Contratado para hacer un único disco mientras continuaba grabando para Prestige, Nelson llevó una banda de jóvenes —algunos ya establecidos, otros recién llegados— al estudio de Rudy Van Gelder para su debut en Impulse: el saxofonista y flautista Eric Dolphy, el pianista Bill Evans, el saxofonista barítono George Barrow, el contrabajista Paul Chambers, el batería Roy Haynes y el trompetista Freddie Hubbard. «Yo, Phil Woods, Oliver… todos esos tíos estaban tocando con Quincy», recuerda Freddie Hubbard. «Así que tenía la ocasión de codearme con ellos, y entonces Oliver me pidió que hiciera esa sesión con él. Yo le gustaba a Oliver porque en esa época practicaba con Coltrane. Oliver no paraba de escribir ni siquiera cuando estaba con Quincy… y tenía una forma especial de escribir para saxofones, con notas próximas entre ellos.»
«¡Tenía algunas armonizaciones, tío, que parecían de otro mundo! Como cuando hizo [canta «Stolen Moments»], donde el barítono tocaba más alto que el tenor; tener un barítono haciendo una voz tan alta es poco habitual. Y tenía al alto por debajo del tenor, y yo tocaba la línea principal».
De hecho, a Hubbard le concedió el honor de interpretar el primer solo del disco, aunque el trompetista recuerda haber tenido algunas dudas cuando las cintas se pusieron a rodar.
«No sabía que quedaría tan bien porque a mí no me sonaba tan fuerte como creía que debía ser. Pero Oliver quería que yo empastara con los vientos en lugar de estar por delante de ellos. Recuerdo haber dicho: «¿Cómo va a cuajar esta sección rítmica?» Me refería a que Roy Haynes no toca fuerte y parecía que Paul Chambers estuviera siempre por encima con su gran sonido. Roy simplemente se mantuvo agazapado tras de él, y a Bill Evans no lo escuché hasta que pusieron la cinta, porque tocaba muy suave».
Taylor estaba tan entusiasmado con la elección de acompañantes que hizo Nelson como con el propio entusiasmo del arreglista. «Todo lo que tocaba Freddie Hubbard me tiraba de espaldas. ¿Y qué decir de Bill Evans? Estaba en gran forma, tocaba con sabiduría. Y Oliver estaba muy animado. ¡No podía marcar el comienzo del compás ni contar los tiempos, porque habría salido volando! Se habría levantado en el aire y habría caído justo a compás. Estoy seguro de que la tensión le subía al máximo cada vez que dirigía o tocaba. No quiero decir que estuviera fuera de control, sino que sentía cada gramo de lo que estaba sucediendo».
¿Y los temas del disco?
«»Stolen Moments» estaba ahí… solo puedo decir, ¡caramba!», se entusiasma Taylor.
«»Cascades» era el tema más raro y «Yearnin» era sencillamente fantástico. Nunca había escuchado nada igual, pero podía entenderlo. «Hoe-Down» era bastante extraño, me parece…»
«Oliver tenía esa composición, «Hoe-Down», que nunca olvidaré», dice Hubbard. «Le dije, «Tío, ¿de qué va esto?» [Canta la melodía]. Me sonaba fuera de contexto, pero él tomó una frase que yo había copiado de Coltrane y la incluyó en el puente. [La canta]. Lo sacó de esa línea. Oliver no era tanto un solista como un compositor, así que cogía trozos y detalles de otra gente».
Publicado en la primavera de 1961, The Blues and the Abstract Truth definió la carrera de Nelson, fue un éxito inmediato en las emisoras de jazz e incluso en las otras, y finalmente condujo al solicitado arreglista a trasladarse a Los Ángeles en 1967. Dice Taylor:
«No creo que la palabra «crossover»10 formara parte del lenguaje en aquel entonces, pero todas las emisoras de jazz de la época lo querían, y otras emisoras de música pop, que hoy ya no existen, también se lanzaron a toda mecha a por él. Oliver tenía un talento tan especial que odié verle marchar a Hollywood, donde prácticamente se esfumó».
* Fuente Ashley Kahn - Impulse, el sello que Coltrane impulsó - Ed. Globalrythm
OLIVER NELSON / THE BLUES AND THE ABSTRAT TRUTH/ IMPULSE A(S)-5
1."Stolen Moments"
2."Hoe-Down"
3."Cascades"
4."Yearnin'"
5."Butch and Butch"
6."Teenie's Blues"
Oliver Nelson — alto saxophone, tenor saxophone
Eric Dolphy — flute, alto saxophone
George Barrow — baritone saxophone
Freddie Hubbard — trumpet
Bill Evans — piano
Paul Chambers — bass
Roy Haynes — drums
FECHA DE GRABACIÓN: 23 de febrero de 1961
FECHA DE EDICIÓN: Agosto de 1961
PRODUCTOR: Creed Taylor
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