Diane me desperto una mañana y me dijo: - Hoy tienes sesión de grabación. Yo llevaba tiempo sin tocar, sin hacer nada. Al momento respondi: - ¡No lo dirás en serio! ¿con quién? ¿donde? ¿que tipo de sesión? Diane me explicó que había hablado con Less Koening,de Contemporary Records, y se les había ocurrido que la única forma de conseguirlo era organizarlo todo sin decirme nada, para que entonces me viera obligado a hacerlo. Sabían que, por muy hecho polvo que estuviese, respondería como un machote si había personas que dependían de mi. Por muy en las últimas que estuviese, yo siempre me lo montaba así. Diane dijo que Miles Davis estaba en la ciudad, por lo que habían aprovechado la ocasión para organizar la sesión con la sección rítmica de Miles. Iban a grabar conmigo ese mismo día: Philly Joe Jones a la batería, Paul Chambers al contrabajo y Red Garland al piano.
Yo no quería ni hablar con Diane. - Lárgate de mi vista - le dije.
Saque el saxo del armario, con su estuche, lo puse sobre la mesa y me lo quedé mirando un largo rato, como si fuera un desconocido. Daba la impresión de ser un vestigio de otra vida. Saque el saxo del estuche. Saltaba a la vista que la última vez que había estado tocando estaba ciego, pues había dejado la boquilla unida al cuello. La boquilla llevaba tanto tiempo unida al corcho que se había pegado, y al final del cuello del instrumento no había más que el metal desnudo. Una persona ducha y con experiencia necesita entre cuatro y cinco horas para poner un nuevo corcho. Este primero ha de secarse. Y luego hay que ligarlo. Yo no tenía tiempo para todo aquello. Iba tener que tocar con el saxo hecho unos zorros.
Y además iba a tener que tocar con la sección rítmica de Miles Davis. Unos músicos que tocaban todas las noches del año, durante la noche entera. ¡Yo no había tocado el saxo en seis meses! Un músico viene a ser como un jugador de béisbol, si te pasas seis meses en el banquillo no puedes salir a la cancha así como así. Es casi imposible. Y entonces me di cuenta de que eso era lo que tenía que hacer, algo imposible. Nadie más hubiera podido hacerlo. De ninguna de las maneras. A no ser que fuera una persona tan convencida de su condición de genio como yo lo estaba. Como lo estoy. Lo estaba y lo estoy. Y voy a estarlo en el futuro, por siempre jamás. Como siempre lo he estado. Un autentico genio, un genio total y absoluto, ja, ja, ja,ja!
No había manera de arreglar el cuello del saxo, de modo que volví a ajustar el cuello de la boquilla con el corcho. Si no afinaba bien, o si la boquilla empezaba a deslizarse, a soltarse o a filtrar, ya podía darme por muerto. La sujeté con un poco de cinta adhesiva a su alrededor. A continuación saqué la lengüeta. Estaba pegada a la boquilla, podrida por completo y verdosa. Busqué una nueva lengüeta, encontre una que me gustaba, y estuve tocando el instrumento un rato. Diane apareció en el umbral. Tenía miedo de entrar en la habitación.
Tenemos que irnos ya - apuntó.
Respondí diciéndole unas cuantas lindezas: ¡Perra asquerosa! ¡Me entran ganas de matarte, mala puta! ¿esta no te la perdono! acto seguido me metí en el baño y me pegué un chute enorme.
No tenía ni idea de lo que iba a tocae. ¡No podía ir menos preparado!
En mis álbumes anteriores siempre había alguna cosa mía, un par de temas compuestos por mi. Fuimos en coche a Melrose Place, donde estaba el estudio, y nos encontramos con Less, Que aguardaba en la puerta. Me sonrió sin tenerlas todas consigo y pregunto: ¿que tal estás? - ¿ya puedes imaginártelo! - contesté. Todo irá bien, ya lo verás.
"Hola socio, como va la vida"... "hola Red, que tal hombre"
cuando acaban las formalidades y Les termina de montarlo todo, llega el momento de empezar a grabar el álbum. Red Garland me está mirando, y yo tengo la mente en blanco. Es uno de mis problemas desde siempre: la memoria. Tengo mala memoria y no se me ocurre nada en especial que tocar.
Red al final apunta: - Mira este tema me gusta ¿lo conoces? empieza a tocar un tema que me suena. Le pregunto ¿como se llama? "You´d Be So Nice To Come Home To" - responde. ¿En que tono? - en re menor.
La cosa salió de maravilla. Mi sonido fue fabuloso. La sección rítmica sonó de fábula...
Sabes que tema sonaría bien al saxo alto y pegaría con tu forma de tocar...? "Imagination" ¿lo conoces? - Si - respondí-, lo tengo oído. Da-da-daa-da... ¿en la bemol?- intervino Red. Bueno solo estoy tarareando sin ton ni son - dije yo. Nos pusimos de acuerdo sobre el puente, la melodía y entonces pregunté: ¿que podríamos hacer al final? Red contesto: - lo mejor sería que tocaras una pequeña coda. Y que la improvisaras. Toque la melodía y continué con un solo; Paul se lanzó a por el suyo; entré y desarrollé de nuevo el motivo, con una pequeña serie de acordes. Al final se detuvieron y esbocé un corto fragmento improvisado antes de llegar juntos al final. El resultado fue fantástico: "Imagination", en "Art Pepper Meets The Rhythm Section". Sonaba como si nos hubiéramos pasado meses enteros ensayando juntos.
La sesión entera transcurrió de esa forma. Tocamos un momnton de cosas que siempre me habían gustado pero que nunca había interpretado. Mi manera de tocar les llegó al alma. Lo que tenía su miga, eran los músicos que tocaban con Miles Davis, ¡nada menos! ¡ y yo además era blanco! Los tres estuvieron encantadores, dijeron que había sido estupendo y se mostraron entusiasmados con mi forma de tocar.
* Art Peper: Una vida ejemplar - Ed. Global Rhythm Press - Art and Laurie Pepper
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En el moemnto de escribir estas líneas se cumple un año exacto del lanzamineto de este álbum. Resulta más bien incomprensible que no haya sido reseñado hasta ahora, pues está claro que se trata de uno de los mejores álbumes de jazz del año pasado y, probablemente, de la grabación más madura efectuada por Pepper hasta la fecha. La sesión tuvo lugar el 19 de enero de 1957, después de que Lester Koening se hiciera con los servicios de la sección rítmica de Miles Davis, que en ese momento s eencontraba en Hollywood con el trompetista para tocar en un club nocturno de la zona.
El saxo alto y la sección rítmica se compenetran a la perfección en esta equilibrada selección de ocho temas que van desde un "Imagination" interpretado de un modo muy puro hasta el interesante tema que se escucha en tres por cuatro que se escucha en "Waltz Me". Los solos de todos los implicados son de interés consistente, y Pepper en ocasiones llega a alturas que raramente había alcanzado hasta ahora, incluso en la atmósfera más propicia de un club. En "Red Pepper", un blues al viejo estilo del sur, los fraseos en la onda de Lester Young que Art efectúa en el chorus inicial dejan claro de donde provienen sus raices.
Garland se muestra poderoso y original como solista y acompañante, El pianista suena tanto vigoroso como delicado, tanto lacónico y sucinto como arrebatador en su virtuosismo. La combinación del bajo y la batería es inmejorable en este disco, donde Chambers despliega varios solos bien concebidos en pizzicato o con el arco. El trabajo de Jones con las escobillas en el chorus de "Waltz Me" merece ser escuchado una y otra vez por su gusto y buen humor.
Este encuentro memorable está destinado a ocupar un lugar privilegiado en la colección de todo aficionado.
* Down Beat, 12 de junio de 1958
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ART PEPPER MEETS THE RHYTHM SECTION - CONTEMPORARY RECORDS - 1957
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-Componentes:
Art Pepper (saxo alto)
Red Garland (piano)
Paul Chambers (contrabajo)
Philly Joe Jones (batería)
-Listado de temas:
1. You'd Be So Nice To Come Home To
2. Red Pepper Blues
3. Imagination
4. Waltz Me Blues
5. Straight Life
6. Jazz Me Blues
7. Tin Tin Deo
8. Star Eyes
09 - Birks Works (4:15)